Es muy comprensible que las personas mayores estén preocupadas ante la propagación del Covid-19. Los estudios realizados a la fecha, como también la experiencia sanitaria de los últimos seis meses, muestran que el virus se vuelve más y más peligroso con el aumento de la edad y se potencia en su agresividad en aquellas con padecimientos médicos subyacentes.
Los expertos, que le atribuyen parte de ese riesgo a un debilitamiento del sistema inmune debido a la edad, también advierten que con frecuencia los mayores tienden a manifestar síntomas inespecíficos de la enfermedad, por lo que prevenir, más que nunca, es mejor que curar.
La Organización Mundial de la Salud, los expertos en enfermedades infecciosas y también geriatras coinciden en sus recomendaciones, que no distan mucho de las que se han hecho para la población general. Lavarse las manos por 30 segundos frecuentemente o limpiarlas con un gel a base de alcohol, usar mascarilla cuando se está fuera de casa o se recibe visitas, mantenerse alejadas de las aglomeraciones y evitar el transporte público, son medidas simples e igualmente protectoras.
Lo mismo ocurre con el distanciamiento físico, no obstante hay que poner atención sobre esta medida, puesto que si el confinamiento por coronavirus puede provocar ansiedad y depresión a la población en general, esa posibilidad se amplifica en personas mayores que viven en hogares unipersonales.
La soledad igual implica riesgos para la salud, alertan los especialistas. Si un adulto mayor que vive solo, por ejemplo, solía salir y tener contacto social, el aislamiento puede influir negativamente en su estado de ánimo y favorecer estados depresivos. No hay que olvidar que ser –y sentirse- parte de la población de riesgo puede llevar a tener una percepción más negativa de la situación, con un aumento de la sensación de vulnerabilidad y miedo.
Mantener la comunicación con familiares y amigos -ya sea por teléfono o videoconferencia- es clave. Hay una parte importante de la población mayor, poco más del 40% de los mayores de 65 años, que ya se conecta a Internet desde su casa, en la mayoría de los casos lo hace a través de su teléfono y tienen como herramienta preferida WhatsApp, cuyo uso en una situación excepcional como ésta debería acentuarse.
Según el último Censo, Ñuble es la segunda región más envejecida del país. Los mayores de 60 años representan un 19% de la población regional, es decir son cerca de 100 mil personas las que forman parte de este grupo de riesgo que, lamentablemente, también se asocia a débiles condiciones de seguridad social y pobreza.
Saber que han fallecido 106 personas, de las cuales el 80% son mayores de 65 años, es más que un referente estadístico para entender el impacto de la pandemia en su cara más dramática y debe mover la conciencia de todos y todas para extremar los cuidados sobre quienes han dado mucho y ahora necesitan nuestra ayuda y protección.