Conmovidos están los chillanejos por el fallecimiento de Enrique Gutiérrez, de 64 años y dueño del tradicional kiosco “El Monito”, ubicado en la esquina de Arauco con calle El Roble, donde por 46 años ininterrumpidos ofreció palomitas, maní confitado, frutos secos, entre otros productos.
La enfermedad de Parkinson, que le fue diagnosticada hace aproximadamente seis años, no le impidió seguir trabajando desde muy temprano. Fue la pandemia por Covid-19 que lo alejó de su negocio para evitar contagiarse y complicara su salud.
“Últimamente por la pandemia decidimos que se quedara en la casa por el tema de que no se contagiara, entonces el negocio estuvo un tiempo cerrado y luego mi mamá empezó a trabajarlo. En ese tiempo nos dedicamos a estar juntos y al final, por más que se tomaba su medicamento, la enfermedad de Parkinson fue avanzando y cada vez se iba deteriorando más, aunque él intentaba que no nos diéramos cuenta”, dice Camila Gutiérrez, hija de Enrique.
Describe a su padre como un hombre independiente y trabajador, quien desde los 18 años edad comenzó con un pequeño carro la venta de maní confitado.
“Mi papá estudiaba y trabajaba, siempre se las buscó para trabajar, era súper independiente. Siempre nos contaba que un amigo le había enseñado el tema de hacer maní. De ahí se instaló con su carrito y ya no paró, siempre estaba en esa esquina y en ese momento vendía palomitas, maní y coco”.
“Estuvo 46 años trabajando ahí, empezó con un carrito, luego con las modificaciones que hicieron en el paseo Arauco aún así trabajaba en su carrito en el mismo lugar, luego le dieron el kiosco y empezó a agregar más cositas para vender porque tenía más espacio”, agrega Camila.
Enrique, mejor conocido como “Monito”, con su negocio y esfuerzo sacó adelante a su familia y dio estudios a sus tres hijos.
“Fue un hombre de familia, nos dedicó sus mejores años, siempre estaba para todos nosotros. A todos nos dio la educación con su trabajo, salía a trabajar todos los días, no importaba si era invierno o verano, podía estar lloviendo demasiado y él salía igual porque era quien mantenía todo, y fue así hasta el último momento”, destaca.
Por la estratégica ubicación del kioso, en pleno centro de Chillán, El Monito era conocido por muchas de las personas que a diario transitan el sector.
“Muchas veces cuando estábamos con él pasaban personas adultas y decían ‘yo siempre recuerdo que mi papá me traía a comer palomitas donde usted, cuando yo tenía cuatro años’, o personas que venían de otras ciudades y decían ‘vengo solamente a comprarle sus cosas’ y todos llegaban ahí”, recuerda Camila.
“A través de Facebook mucha gente nos ha comentado que se recuerdan de él, que mi papá los ayudó, siempre estuvo para ayudar a la gente sin conocerla y les dio consejos. Creo que por eso la gente le tenía harto cariño. Todos lo reconocen, todos le decía “Monito”.
Los restos de Enrique Gutiérrez están siendo velados en la sede del Club Unión Española. en la población Rosita O’Higgins, y el funeral será este jueves 12 de agosto, a las 15:00 horas, en el cementerio Municipal de Chillán.
“Estamos viendo la posibilidad de pasar antes del funeral por el local y luego a la casa antes de llegar al cementerio”, acota.