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Tristeza reina en la comunidad bomberil luego que uno de sus integrantes dejara de existir.
Se trata de “Boby”, un perrito que se había ganado el cariño y respeto de los voluntarios del cuartel central, donde sus restos fueron velados.
El domingo fue el último adiós para que este miembro que perteneció 10 años a la institución, donde hizo grandes amistades, en especial, con Paola Aravena, voluntaria de la Cuarta Compañía, quien atendía sus requerimientos.
“El amarillito” era un perro ejemplar y muy comprometido con su rol en el cuartel, ya que muchas veces a base de ladridos y mordiscos en los talones, ejercía presión en los voluntarios en la previa a una emergencia.
Además, muchas veces se arriesgaba y se detenía frente a los vehículos para permitir el paso de los carros que acudían a un incendio o accidente.
“Por el centro muchos lo veían fuera del cuartel, cuando sonaban los timbres que nos indicaban una emergencia, él se dirigía en forma inmediata al sector del Box, donde iba a salir el carro que se iba a una emergencia”, expresa con pesar el comandante Gustavo de La Fuente.
Su sentido de la responsabilidad era digno de admiración entre sus colegas que lloran su partida, ya que defendía ante todo su institución.
“No dejaba de ladrar hasta que nos íbamos, y después se atravesaba a los autos por 18 de Septiembre para que no pasaran. Después se quedaba en el box que quedaba abierto y no dejaba pasar a nadie, si alguien se acercaba no los dejaba pasar, no había caso. Nosotros tenemos circuitos cerrado en el Cuerpo de Bomberos, donde se ven las cámaras y donde está instalada la operadora, una vez en la noche Boby se quedó ahí, en el box todo abierto, cuando los chicos fueron a una emergencia en la noche y una persona intentó ingresar, no lo dejó.”, comentó la autoridad.
Sus días transcurrían entre el “trabajo” bomberil y sus visitas a la casa de Paola, quien vive a pasos del cuartel. Luego regresaba a descansar a un “sillón regalón”, donde se quedaba a la espera de una nueva emergencia.
“Fue uno más del cuartel, mucho cariño sentíamos por él”, dijo de La Fuente.
Los restos del can, que murió producto de daño hepático grave, descansan en una parcela de la voluntaria en Los Lleuques.