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Las elecciones municipales que se realizarán en octubre de este año, ya están atrayendo la atención de la opinión pública. Las candidaturas comienzan a delinearse con más claridad, dejando en evidencia un preocupante fenómeno de nuestra política: la casi nula presencia de candidatas a alcaldesa en la región de Ñuble.
Las cifras no mienten. Actualmente no hay alcaldesas en la región, y hay solo dos candidatas -hasta el momento- en los dos principales conglomerados (Contigo, Chile mejor y Chile Vamos), para las 21 comunas. Esto pese a que al observar los datos del padrón de la última elección municipal, se advierte una distribución casi equitativa en términos de género. En otras palabras, en Ñuble las mujeres están bien representadas como votantes, no así en las candidaturas, lo cual es un aspecto a considerar en términos de equidad de género en la política local.
Líderes mujeres existen en toda la región: en las juntas de vecinos, en los barrios, en los trabajos, en los gremios, en los colegios profesionales, en los sindicatos, trabajadoras independientes, líderes estudiantiles, exautoridades, dirigentas de todas las edades y de distintas formaciones. Y por supuesto, también hay en los partidos políticos. Y ahí parece estar el problema.
Es sabido que las cúpulas partidarias son dominadas por hombres que suelen ser reticentes a abrir espacios a mujeres para participar, competir y disputar el poder. De hecho, son conocidas las historias de mujeres con capacidad y ganas de ejercer liderazgos locales, pero no son consideradas por los partidos políticos y cuando lo hacen es para ir “al sacrificio” o servir para alguna componenda post electoral.
En el caso de Ñuble se añade un factor cultural. Al tener más de un tercio de población rural, hay un conservadurismo más arraigado en comparación con regiones urbanas que afecta las actitudes hacia las mujeres en roles de liderazgo, influyendo en la disposición de los votantes y de los partidos políticos para apoyar a las candidatas.
A nivel parlamentario, desde 2017 existe un sistema de cuotas para la inscripción de candidaturas femeninas que define un techo máximo de representación, donde ningún género puede sobrepasar el 60% de participación en el total de registro de postulaciones al Congreso. Este sistema ha sido aplicado en las dos últimas elecciones parlamentarias, aumentando la representación femenina. En cambio, en material municipal, lo mismo que para las elecciones de gobiernos regionales, no existe una legislación que favorezca la participación de mujeres.
Quizás sea tiempo de promover las llamadas “acciones afirmativas” -como una ley de cuotas- que ayudan a corregir los problemas que sufren las mujeres al interior de los partidos, y permear una cultura patriarcal que tiende a excluirlas, principalmente de los procesos electorales locales.
A pesar de tener los mismos derechos políticos que los hombres en términos de participación, en lo práctico, la representación de la mujer en Ñuble, en los dos niveles de gobierno más cercanos a la ciudadanía como son el municipal y regional, revelan una presencia minoritaria que -de cara a los comicios de octubre de 2024- sigue siendo un déficit de nuestra democracia.