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Mora promedio en Ñuble subió 4,8% en 12 meses y El Carmen lidera con $2.122.821

Según el 49° informe de Deuda Morosa elaborado por la Facultad de Economía, Negocios y Gobierno de la Universidad San Sebastián y Equifax, al cierre del segundo trimestre de 2025 se registraron 95.810 personas morosas en la región de Ñuble, lo que representa una baja de 4,4% en doce meses, equivalente a una salida de 4.367 personas del estado moroso. A nivel nacional, el número de morosos se contrajo 3,5%.

Esto provocó que la tasa de morosidad en Ñuble disminuyera 1,2 puntos porcentuales en un año, cayendo hasta un 23,2% entre los mayores de 18 años, posicionando a la región como la segunda con la menor tasa de morosidad del país.

Las comunas con las tasas de morosidad más altas son: Chillán (27,3%), Bulnes (25,7%), San Carlos (25,2%), Chillán Viejo (24,4%) y Pemuco (22,8%).

Pese a la disminución de personas morosas, el monto total de la deuda impaga en la región llegó a US$ 185 millones, aumentando 0,2% real en comparación con junio de 2024.

La mora promedio en Ñuble alcanzó $1.810.810, reflejando un incremento anual de 4,8% en términos reales. Se trata del segundo monto más bajo del país, después de Maule ($1.775.602), muy lejos del promedio nacional de $2.337.226, que experimentó un alza de 3,0% real en 12 meses.

El Carmen alcanza una mora promedio de $2.122.821, las más alta de la región. Le siguen Pinto ($2.081.870), Chillán ($2.054.510), Bulnes ($1.725.901) y San Carlos ($1.710.082).

Baja en número de morosos

Sobre los factores que podrían atribuirse la baja de 4,4% en el número de morosos en la región, la académica de Ingeniería Comercial de la USS, Daniela Catalán, explicó que esto se debe a una combinación de factores.

“En primer lugar, la región presenta una menor exposición al crédito bancario en comparación con otras zonas del país, lo que reduce el riesgo de sobreendeudamiento masivo. También es relevante considerar que parte de esta baja puede deberse a pagos o regularizaciones de deudas menores, especialmente en sectores que priorizan mantener acceso a financiamiento formal. Por último, no se descarta un efecto estadístico postpandemia, donde algunas personas salen del registro de morosidad tras saldar o renegociar obligaciones que arrastraban desde años anteriores”, afirmó.

Catalán sostuvo que, si bien la baja en la cantidad de personas morosas en Ñuble puede ser interpretada como una señal parcialmente positiva, debe analizarse con cautela.

“Podría reflejar avances en educación financiera y una mayor responsabilidad en el uso del crédito, también es posible que responda a un comportamiento más conservador ante un entorno económico aún desafiante. Por tanto, aunque el dato es alentador, debe ser complementado con otros indicadores, como la mora promedio, la evolución del empleo formal y el acceso al sistema financiero, para concluir si efectivamente estamos frente a un cambio económico significativo o más bien ante un ajuste en el comportamiento financiero de las familias”, concluyó.

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