Finalmente, y luego de diez meses de espera, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) volvió a ingresar el estudio de impacto ambiental (EIA) del proyecto Embalse Zapallar al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), según confirmaron ayer el seremi del ramo, Cristóbal Jardua, y el intendente Martín Arrau.
Si bien el estudio había sido ingresado en septiembre de 2019, en noviembre pasado, la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) del MOP resolvió desistir momentáneamente de la tramitación del estudio en el SEA, para resolver las numerosas observaciones presentadas al proyecto por 15 servicios públicos.
Según declaró el intendente Arrau “la reacción y robustecimiento del proyecto fue más rápida que lo que se temía en noviembre y eso nos conforta. Este es un paso de mucha importancia para más de 1.100 familias de la región, y para dos temas trascendentales en Ñuble: Primero, el de la optimización de nuestras capacidades de riego y de producción de alimentos, que son fundamentales en un contexto de cambio climático y en una tierra que busca potenciarse como polo agroalimentario; y segundo, el de generar puestos de trabajo que hoy son más necesarios que nunca”.
Se estima una demanda de mano de obra promedio de 400 personas durante su construcción, con un peak de 800 trabajadores
Al respecto, el seremi de Obras Públicas explicó que ““sabemos la importancia del riego en una región rural como Ñuble, por eso quisimos hacer las cosas bien y mejorar el estudio sin los plazos y el apuro que nos significaba mantener el proyecto en evaluación. Al encontrarse errores decidimos resolverlos de manera profunda y presentar un proyecto más sólido en ingeniería de su presa y también de sus obras anexas. Eso es lo hoy (ayer) reingresa al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, una mejora sustancial de Zapallar”.
El proyecto, que significa una inversión de US$349 millones, se localizará en el límite de las comunas de Pinto y El Carmen, específicamente sobre la angostura del valle del río Diguillín denominada Zapallar, 12 kilómetros aguas abajo de la confluencia con el río Renegado.
El embalse es una obra pendiente del sistema Laja-Diguillín y consiste en la construcción de un embalse de riego, sus obras anexas y complementarias y tiene como objetivo almacenar hasta 80 millones de metros cúbicos de agua, para lo cual se inundarán 325 hectáreas y se tendrán que expropiar 489 hectáreas. De hecho, una parte del área a inundar se encuentra dentro de la Reserva de la Biósfera Nevados de Chillán, razón por la cual existen grupos ambientalistas que rechazan su ejecución.
Expectativa de regantes
El Zapallar beneficiará a los agricultores de la zona al proporcionar, en conjunto con el sistema Laja-Diguillín, una seguridad de riego del 85% a aproximadamente 54.630 hectáreas (44.630 hectáreas actuales) y dotar de nuevo riego a 10 mil hectáreas de las comunas de San Ignacio y El Carmen.
Se trata de un proyecto largamente esperado por los regantes del canal Laja-Diguillín, según manifestó el juez de aguas de la Junta de vigilancia del río Diguillín, Francisco Saldías, quien explicó que los beneficiarios son principalmente los regantes ubicados sobre la cota del canal.
“Esperamos que la tramitación sea exitosa en esta oportunidad y confiamos en que su evaluación se realizará en los tiempos previstos, porque todos ya sabemos lo que costó que este embalse fuera priorizado y luego, que se ejecutaran los estudios respectivos, además de todo lo que demoró que lo ingresaran al SEA”, expresó el dirigente.
Saldías hizo hincapié en que este proyecto le cambiará la cara a cerca de 10 mil hectáreas de pequeños agricultores que podrán apostar por cultivos de mayor rentabilidad aprovechando la seguridad de riego, lo que redundará en mayores ingresos y en la generación de empleos en comunas que destacan por sus altos niveles de pobreza.
Si bien no se informaron los plazos previstos para la evaluación en el SEA y su posterior licitación, dados los retrasos que ha enfrentado este proyecto, se ve muy difícil que su construcción pueda comenzar durante la administración Piñera.