Señor Director:
Venezuela vive la peor crisis humanitaria de su historia. Los venezolanos mueren por falta de acceso a una atención básica de salud, por hambre e inseguridad. Los servicios básicos son carentes en acceso y eficiencia. De hecho, recientemente en la madrugada del 17 de diciembre sufrió de nuevo un apagón que afectó a 20 de los 23 estados del país.
Además, la Misión Internacional Independiente de las Naciones Unidas para Venezuela llegó a la conclusión de la existencia de crímenes de lesa humanidad por parte del Gobierno, los agentes estatales y los grupos que trabajan con ellos.
El 17 de diciembre, un día antes del Día Internacional del Migrante, México informaba a la prensa mundial que exigirá visa a los venezolanos, sumándose al listado de varios países de la región que solicitan visa a los venezolanos (Chile, Perú, Ecuador, Panamá, entre otros).
Resulta difícil creer que se detenga la emigración venezolana, porque simplemente en Venezuela no se puede vivir. Las medidas que buscan inmovilizar a los venezolanos han deplorado sustancialmente la ruta migratoria, impulsándolos a la utilización de vías no regularizadas, uso de caminos peligrosos y situaciones de vulnerabilidad de los derechos humanos.
Los venezolanos hoy, no solamente sufren de la falta de insumos básicos para garantizar la subsistencia, sino que también son víctimas de crímenes de lesa humanidad y del menoscabo permanente de las rutas migratorias como consecuencia del cercamiento de países que muchas veces han sido cómplices, al menos por omisión y silencio, de las atrocidades del régimen chavista-madurista.
Eduard Maury-Sintjago
Académico, UBB.
