A través de una carta dirigida al agricultor Luis Mardones, vecino del sector Huape de Chillán, el ministro de Agricultura, Antonio Walker se desmarcó del conflicto por la instalación de chancadoras en la ribera del río Ñuble.
El vecino del sector había enviado una carta al titular de la cartera, dando cuenta del proyecto que pretende la explotación de 110 hectáreas de suelo, actualmente destinados al uso agrícola.
En la actualidad se pueden ver en el lugar arándanos, cerezas, peras asiáticas, alfalfa y otros productos, que de ser ciertos los temores de los agricultores, podrían desaparecer en el futuro si fuera aprobado el plan que busca retirar miles de toneladas de áridos.
Ante esto, el empresario solicitó al ministerio poder desechar el proyecto.
En la respuesta a Mardones, el ministro Walker argumentó que su cartera no tiene responsabilidad en el proceso actual que desarrolla la empresa Arenex, vinculada a la viña Miguel Torres.
El jefe de la cartera recordó que la iniciativa empresarial se encuentra siendo analizada en el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
“Sobre el particular, sin perjuicio de la disposición permanente de este Ministerio para colaborar ante todo requerimiento que ataña al sector, esa disposición sólo se puede manifestar en el marco jurídico de la institución, dentro de su competencia y facultades”, recalcó.
A lo anterior el ministro agregó que “la solicitud debe ser canalizada a través de la instancia legal competente para resolver la misma que es el Servicio de Evaluación Ambiental”.
Walker explicó que es el SEA el responsable de evaluar y en la que confluyen todos los servicios públicos con competencia ambiental y “donde está previsto un espacio para la participación ciudadana”.
El presidente de la Organización Desarrollo rural de Ñuble, Pedro Rubio, afirmó que la ruta que una Chillán-Confluencia, que ha sido reparada constantemente por el paso de camiones areneros, continúa deteriorándose.
“Lamentablemente todos somos testigos del camino que une Chillán-Confluencia, donde en su momento se invirtieron $1.100 millones, lo que fue el reasfaltado de este camino, que en el fondo no duró más de 6 meses. O sea, desperdiciamos $1.100 millones que podríamos haber invertido en otro mejoramiento para la comunidad”.