La priorización que acaba de realizar el comité técnico chileno-argentino del paso fronterizo Minas-Ñuble (también conocido como Salitre-Lumabia o Vacalauquén-Los Tábanos), marca un nuevo avance de esta antigua iniciativa que busca unir a la comuna de San Fabián de Alico con su similar de Las Ovejas, en la provincia argentina de Neuquén.
La importancia de este reconocimiento proviene de la influencia del comité, cuya misión es evaluar la infraestructura de conectividad entre ambos países y jerarquizar nuevas obras, como precisamente es este antiguo anhelo de la Región, en torno al cual han trabajado algunas figuras públicas vigentes y otras que con el tiempo ya no están en la primera línea.
Según las autoridades locales, si todo sale conforme a una proyección realista de qué se puede hacer, podríamos ver este paso, con su respectivo complejo aduanero, dentro de unos cuatro a cinco años más.
Por lo pronto, se trabaja en la habilitación de la ruta, lo que implica trabajos en ambos países. Por el lado argentino van más avanzados, y ya completaron 14 kilómetros para llegar hasta el límite con Chile, mientras que desde nuestro país, el Gobierno Regional de Ñuble aprobó recientemente 167 millones de pesos para realizar los estudios necesarios en materia jurídica, topográfica y de diseño de mejoras a la antigua ruta que cruza la cordillera y que es la más baja del sur de Chile, por lo que Minas-Ñuble será un paso de alta circulación durante todo el año.
En San Fabián saben que están ante una interesante oportunidad económica y sueñan con una carretera a las Termas de Chillán, y otra a la costa, como también inversiones privadas que buscarán aprovechar este paso fronterizo que nos dejará a no más de 100 kilómetros de poblados como Las Ovejas, Andacollo o Chos Malal, que es desde donde se llega a los grandes centros poblados de la provincia argentina de Neuquén.
Desde Sernatur también ven con optimismo este avance y destacan el plan de desarrollo turístico de San Fabián, que proyecta la actividad en la comuna para la próxima década, y busca situarla a la altura de las Trancas, Quillón y Cobquecura, como el cuarto polo del turismo regional.
De esta forma, lo que a mediados del siglo pasado era un paso para arrieros, que generó un rico intercambio cultural y económico entre San Fabián y Las Ovejas, con vínculos familiares a ambos lados de la cordillera, y cuyo tránsito fue prohibido por razones fitosanitarias y geopolíticas, hoy representa una oportunidad de desarrollo para Ñuble, principalmente para el turismo.
La explotación turística de la ruta que recorre el nacimiento del río Ñuble abrirá un nuevo destino y permitirá acercar a los visitantes argentinos a otros atractivos, como las playas y las Termas de Chillán. Además, no se debe descartar la utilización de este paso para el transporte de exportaciones, principalmente agropecuarias.
El desafío no es menor y la tarea nada de sencilla, sin embargo, en la medida que los líderes políticos locales logren sumar esfuerzos en torno a este objetivo, independiente de sus diferencias ideológicas, la iniciativa podrá ir cobrando fuerza y respaldando ante el nivel central la solicitud de los recursos que se irán requiriendo de forma creciente, partiendo por los 100 kilómetros de ruta pavimentada que se requieren para la concreción de este anhelo que cruza tres siglos.
