Señor Director:
El advenimiento de los nuevos criterios para juzgar el desempeño empresarial a partir de sus aportes ambientales, sociales y a la calidad de la gobernanza (ESG) traen desafíos en el plan de compensaciones para cambiar el comportamiento de los gerentes.
Las empresas no alineadas con estos criterios presentan mejores rentabilidades en el corto plazo, pero a costa de sus externalidades ya que los accionistas ajustan su tasa de retorno al nivel de riesgo ante demandas y denuncias de la sociedad. En cambio, aquellas con mejor alineación con la protección del medioambiente y aspectos sociales son elegibles por fondos de inversión con mayor sensibilidad social, lo cual aumenta su reputación ante los stakeholders, que en el largo plazo igualan el retorno comparado con bonos emitidos por empresas con menos conciencia por los temas mencionados.
Corporaciones como Apple, McDonald’s, Clorox y Starbucks han elaborado métricas para sus políticas salariales. Sin embargo, la discusión en las diferentes industrias apunta a que estas en algunos casos son difusas. La recomendación es que estos parámetros midan el comportamiento de los ejecutivos que se desea incentivar y recompensar.
El desafío de aplicar métricas a las compensaciones ejecutivas lo han tomado los países con mercados más desarrollados. Sin embargo, en los emergentes el proceso de instalación será de largo aliento, ya que, las empresas
concentran estructuras de gobierno con discrecionalidades que afectan la libre competencia, donde las compensaciones a los ejecutivos están lejos de promover las ESG.
Dr. Iván Araya Canelo Profesor de Finanzas UA