Señor Director:
A comienzos de esta pandemia mundial provocada por el Covid-19, el Secretario General de las Naciones Unidas y el líder de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) declaraban durante el lanzamiento del Informe sobre el Estado del Clima Mundial de la OMM, que tanto el cambio climático como el coronavirus son dos grandes desafíos globales.
Aunque son amenazas distintas en su origen, presentan similitudes en tanto incrementan las desigualdades al golpear a los grupos más vulnerables, aumentando los niveles de pobreza de la población y ambas requieren ser abordadas y gestionadas desde la cooperación internacional, el multilateralismo y a través de políticas preventivas consensuadas a nivel global y local.
Hace unos días, el gobierno de Chile presentó sus “contribuciones nacionales determinadas” (NDC, por sus siglas en inglés) actualizadas ante la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, convirtiéndolo en el primer país de Latinoamérica y en uno de los primeros del mundo en presentar sus renovadas metas de acción climática. Las NDC comprometen una amplia gama de metas, objetivos y acciones en cambio climático y son la suma de esfuerzos de cada Estado parte del Acuerdo de París para el logro de su objetivo principal: “mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2º C con respecto a los niveles preindustriales”.
Chile no solo respondió al desafío de proponer metas más ambiciosas en mitigación y adaptación, sino que integró en su estructura los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
Desde el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo valoramos este esfuerzo, sobre todo en el contexto actual, y nos hacemos parte del mensaje de Chile: más allá de la necesaria respuesta urgente a los nuevos desafíos globales, la agenda 2030 es de naturaleza indivisible y la lucha contra el cambio climático debe continuar.
Claudia Mojica
PNUD Chile
