Restando siete fechas para el final del Torneo de la Primera B, Ñublense sigue como líder exclusivo con 40 puntos, a pesar del tropiezo que tuvo este domingo ante Cobreloa rival que lo superó por 4-2.
Mientras cunde la preocupación y la desconfianza en un sector de la expectante hinchada del equipo de la Región de Ñuble, que no quiere que al equipo se le vaya el título y el ascenso directo en las últimas fechas, la clave es que en la interna del camarín de Jaime García reine la tranquilidad.
¿Por qué le cuesta tanto al Rojo jugando de visita?. La estadística es categórica y evidencia una clara diferencia entre la performance del equipo jugando fuera de Chillán y haciéndolo de local. De visita luce un pobre 30 por ciento mientras que como anfitrión un sólido 93,6 por ciento.
De visita, Ñublense parece perder la impronta, convicción y seguridad que le da su posición en la tabla y los jugadores que posee. El equipo de Jaime García, sin perder la humildad y su sello de trabajo colaborativo, tiene las piezas para ser más propositivo desde el arranque. Pero ese protagonismo que cuaja en casa, no lo plasma de visita y será necesario que cambie la tendencia restando 4 partidos como forastero y 3 de anfitrión. Ñublense sigue con la ventaja de 5, 6 y 7 puntos, respectivamente, sobre sus más cercanos perseguidores, San Felipe, Rangers y Melipilla, pero tendrá que recuperar la convicción ganadora como visitante y confirmar que en casa es inexpugnable.
No es el momento para dudar, porque el plantel ha demostrado toda la campaña que puede sostener un liderato trabajando en equipo.
Ni tampoco el de perder la calma, como ocurrió en Calama con las expulsiones de Campusano, tras una fuerte entrada, y la de José Navarrete, tras el pitazo final por reclamos.
Es el momento para que Jaime García y sus jugadores demuestren el temple, mesura y la mente fría que poseen los equipos que saben definir torneos en una recta final donde juegan otros factores como la presión y la ansiedad.
Restan siete finales y Ñublense tiene fuelle para timbrar un sueño que ha esperado por cinco años.
