Señor Director:
Una cultura histórica del abandono del Estado en la creación de políticas públicas capaces de generar barrios con estándares adecuados, ha llevado a que históricamente se hayan creado zonas residenciales con mala calidad de vivienda, alejadas de los centros de comercio y servicios, sin parques ni áreas deportivas que brinden una buena calidad de vida.
Esto favorece un fomento de la delincuencia, pues el narcotráfico se instala generando una “ayuda solidaria” en sectores donde cada persona se intenta defender a sí misma, de la pobreza y la falta de oportunidades en su entorno.
Ante este marco, hoy se debe favorecer una infraestructura que construya barrios, es decir, proyectos integrales que requieren aspectos tan básicos como iluminación, espacios lúdicos y proximidad. Apostar al mercado del arriendo considerando los factores socio económicos también aparece como razonable para contrarrestar el déficit habitacional.
Recordemos que zonas residenciales más sanas también son útiles para el control efectivo de la delincuencia.
Uwe Rohwedder
Director Arquitectura, U. Central