A la fecha, a nivel nacional, se han detectado 176 casos del Síndrome Inflamatorio Multisistémico (PIMS), el que se genera después del contagio por coronavirus.
Ayer martes falleció una niña, de 11 años, en la región de Bío Bío, lo que aumentó a tres los decesos asociados al PIMS en el país.
Debido a que el síndrome afecta a niños, pero habitualmente mayores de 5 años, y se manifiesta entre 2 a 6 semanas luego de haber estado contagiado de Covid-19, surgen interrogantes sobre si es pertinente, bajo actual escenario epidemiológico, impulsar la continuidad de las clases presenciales en aquellas comunas que se encuentra sin cuarentena total, donde la asistencia a los colegios es voluntaria.
Según el médico y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pedro de Valdivia, Bernardo Morales, no es recomendable que los niños acudan a los establecimientos educacionales, en vista de los actuales indicadores epidemiológicos que evidencian una alta carga viral presente en el país.
“En absoluto no, este es un virus que no discrimina, el virus infecta a todos por igual, por lo tanto, si se abren los colegios se van a infectar igual, porque en los niños es imposible evitar que tomen contacto directo unos con otros y que jueguen en el patio. Hoy están apareciendo las primeras señales de altas tasas de infección y muertes en jóvenes. En mi opinión, hay que suspender rápidamente las idas al colegio, porque el daño que puede tener en su salud física es probablemente mucho más riesgoso que el daño que pudieran tener sus déficit de aprendizajes, que son recuperables, o en su salud mental que es posible recuperar con otro tipo de medidas como de acción comunitaria”, sostuvo.
A la luz de los resultados de la vacuna Pfizer y Sinovac contra el Covid-19, el facultativo manifestó que no debería existir riesgo para inocular, con esas dosis, a los niños para protegerlos del virus y sus derivados.
“Hay investigaciones como referencia que dicen que las vacunas demoran entre 10 y 14 años en salir desde la investigación a la producción. Ésta ha salido en menos de un año, por lo tanto, toda publicación es solo estimativa de lo que podría ocurrir. Estamos en pleno proceso de investigación, es decir, si uno viera los grupos de avanzada los tiempos de observación fueron cortos, entonces, no tendría porque, desde el punto de vista conceptual, no poder utilizarse en poblaciones más jóvenes. Entonces, no hay ninguna razón por la cual la estimulación de su sistema inmune, a través de la administración de una partícula viral, no pudiera producir una defensa efectiva en la población joven. Creo que no debe haber riesgo y el riesgo que se podría correr de los efectos secundarios es el mismo que corrió todo el resto de la población que nos vacunamos”, explicó a La Discusión.
El profesional indicó que ahora la población más joven que hoy presenta mayor movilidad, por su asistencia al colegio o actividades laborales, es la que figura en las estadísticas de Covid-19, dado que por su condición no fue priorizada en el calendario de vacunación del Ministerio de Salud. Sin embargo, recalcó este segmento etario no está libre de desarrollar algún cuadro y hoy se evidencia.
“Como se empezó a dejar de lado a estos grupos, que en teoría estarían más protegidos por las condiciones propias de las poblaciones más jóvenes y los niños, porque su sistema corporal está sano, más robusto y menos desgastado para que hagan enfermedades menos graves, pero eso no los protege en absoluto que se puedan infectar y transmitir la infección. Como se abandonaron un poquito, son los grupos que están apareciendo como más relevante en cuanto a la incidencia. Son los que vuelven al colegio, las personas jóvenes que vuelven a trabajar, donde la circulación sigue tal cual y como no hay mucha medida de protección allí siguen aumentando. Los niños tienen una tendencia natural de tocarse, compartir y jugar estrechamente, entonces, la circulación viral tiene un espacio tremendo”, manifestó.