Matthei: obvio, pero no lógico
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Señor Director:
Al día de hoy, todas las encuestas coinciden: Evelyn Matthei es la candidata más competitiva de la oposición para ganar la próxima elección presidencial. Su proyección de triunfo es tan sólida que, en todos los escenarios, resulta vencedora.
Sin embargo, su liderazgo enfrenta un desafío estructural: una oposición marcada por divisiones internas, falta de disciplina política y visión estratégica de corto plazo. La derecha, históricamente, ha caído en dinámicas de autocompetencia y personalismos, lo que debilita su capacidad de proyectar un camino común y un proyecto político de largo plazo.
Si la oposición lograra actuar con inteligencia política, entendería la urgencia de proclamar a Matthei como su liderazgo indiscutido. Alinearse detrás de su figura no sólo sería estratégico, sino esencial para asegurar la victoria. Esto requiere apoyarla activamente, construir una campaña sólida y, una vez en el poder, promover liderazgos que den continuidad a un proyecto inclusivo y de futuro.
Lo que parece evidente, sin embargo, no siempre se traduce en decisiones lógicas dentro de la oposición. Es previsible que surjan disputas internas: primarias, candidaturas directas y desacuerdos que podrían llevar a desperdiciar otra oportunidad histórica. Una elección que parecía ganada corre el riesgo de quedar en el limbo por las mismas fracturas que han debilitado a la derecha en el pasado.
La pregunta clave no es si Matthei puede ganar, sino si la oposición será capaz de unirse para hacerlo posible.
Rodrigo Durán Guzmán