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Fue el expresidente Ricardo Lagos quien propuso en 1996, cuando era ministro de Obras Públicas, unir a Chile por la costa mediante una carretera de alto estándar. Como todo gran proyecto, su avance ha sido por etapas y lento, siendo actualmente Cobquecura-Dichato uno de los tres tramos que aún no se concretan.
En 2022 concluyó el estudio de ingeniería del puente que se construirá en el sector de la desembocadura del Itata, río que separa las comunas de Trehuaco, por el norte, y Coelemu, por el sur, y que ha constituido la principal limitante para la conectividad directa entre Cobquecura y Concepción.
Las autoridades de la época decidieron separar el estudio de ingeniería del viaducto respecto del proyecto integral, con el objetivo de acelerar la aprobación de los recursos y su ejecución, dado que el futuro puente -de 1.080 metros de longitud- es la pieza más importante de esta iniciativa. A fines del año pasado, en tanto, concluyó el estudio de la ruta costera entre Cobquecura y Dichato, un tramo de 62,2 kilómetros.
Existe amplio consenso a nivel local sobre la importancia estratégica de la ruta costera, tanto para Ñuble como para Chile, pues mejorará la calidad de vida de los habitantes en materia de conectividad y acceso a servicios, así como también potenciará el turismo, el sector inmobiliario y el desarrollo de otras actividades económicas.
Igual de valioso es su aporte integrador y su impacto socio-cultural, como bien expuso el economista Renato Segura en la edición domingo, al analizar la futura conexión entre la cordillera, los valles y la costa de nuestro territorio. “El puente sobre la desembocadura del río Itata será la expresión suprema de la relación de las comunidades costeras con la del interior, surgiendo nuevas formas de interrelación e inclusive nuevas maneras de cooperación para enfrentar los problemas que caracterizan a cada una de dichas zonas”, concluyó el director de desarrollo productivo de la municipalidad de Chillán.
Por último, es importante considerar que debido a que el puente se emplazará en las inmediaciones del humedal Desembocadura del río Itata, área declarada Santuario de la Naturaleza en 2022, el proyecto debe desarrollar un estudio de impacto ambiental (EIA), que el MOP tenía previsto contratar este año, sin embargo, hasta la fecha aquello no ha ocurrido.
Desarrollar el EIA del puente podría ser complejo, tanto por las características del territorio y su biodiversidad, como por la preocupación que pueda generar entre los vecinos los eventuales impactos ambientales que provocaría la construcción y operación del viaducto, de modo que licitar su elaboración de acuerdo a lo proyectado ayudará a reducir los tiempos que inevitablemente adiciona este nuevo requisito, de manera que en 2026 se pueda licitar su construcción.
Efectivamente, la evaluación ambiental puede alejar un par de años la concreción de esta trascendental obra, pero es por esa misma importancia y los positivos impactos antes expuestos, que el gran puente en la desembocadura del río Itata debe contar con la licencia social y ambiental que garanticen el respeto a las comunidades y sus formas de vida, como también el respeto a la biodiversidad de esa zona de gran valor natural.