Un tribunal turco condenó el jueves a 337 personas, entre ellas oficiales y pilotos de aviación, a cadena perpetua por el intento de golpe de Estado de 2016 contra el presidente Recep Tayyip Erdogan, al término de un macrojuicio en Ankara.
Todos fueron declarados culpables de “intento de derrocar el orden constitucional”, “tentativa de asesinato del presidente” y “homicidios voluntarios”, según el resumen del veredicto al que la AFP tuvo acceso.
Entre las personas condenadas figuran pilotos que bombardearon sitios emblemáticos de la capital Ankara, como el Parlamento, y oficiales que dirigieron la intentona desde la base militar de Akinci.
Otras 60 personas fueron condenadas a penas menores y 75 fueron absueltas, según el documento.
En total, 475 personas eran juzgadas en este proceso considerado como el más importante sobre la intentona golpista, que se centró en lo que ocurrió en la noche del 15 de julio de 2016 en la base aérea de Akinci, el centro de operaciones de los militares golpistas.
El entonces jefe del Estado Mayor y actual ministro turco de Defensa, Hulusi Akar, y otros ocho militares de alto grado fueron secuestrados en esta base antes de ser liberados en la mañana del 16 de julio, tras el fracaso del golpe que dejó 251 muertos y más de 2.000 heridos.
Esa noche, F16 lanzaron bombas en tres ocasiones contra el Parlamento turco, así como carreteras en torno al palacio presidencial, el cuartel general de las fuerzas especiales y de la policía de Ankara.
Los bombardeos causaron 68 muertos y más de 200 heridos en la capital turca. Nueve civiles perdieron la vida en un intento de resistir a los golpistas a la entrada de la base.
“Se ha hecho justicia”
El macrojuicio, que empezó en agosto de 2017, se llevó a cabo en la mayor sala de audiencias del país, especialmente construida en el complejo penitenciario de Sincan, en la provincia de Ankara.
Pese a la pandemia de covid-19, muchos familiares de las víctimas se desplazaron hasta el lugar para presenciar la última audiencia.
“Se ha hecho justicia. El Estado no ha dejado sin vengar la sangre de los mártires y de los heridos”, dijo a la AFP Ufuk Yegin, presidente de una asociación de familiares de las víctimas, tras el veredicto.
“Creemos que los castigos fueron dados de acuerdo a las leyes existentes”, zanjó.
Ankara acusa de este intento de derrocar al presidente Erdogan a su antiguo aliado, el predicador Fethullah Gülen, que vive en Estados Unidos desde hace dos décadas. El interesado, cuya extradición reclama el presidente turco, niega las acusaciones.
Gülen, al igual que Adil Öksüz, un profesor de teología de Ankara considerado como el jefe operativo de los golpistas, fueron juzgados en ausencia. Sus casos fueron separados para llevar a cabo otro proceso.
Casi 3.000 cadenas perpetuas
Tras el fallido golpe, las autoridades persiguen a los seguidores de Gülen y han realizado purgas de una magnitud sin precedentes en la historia moderna de Turquía. Varias decenas de miles de personas han sido detenidas y más de 140.000 despedidas o suspendidas de sus funciones.
Las oleadas de detenciones se prosiguen hasta ahora, aunque el ritmo es menos intenso cinco años después de la intentona golpista.
Otros juicios, con un número mayor de acusados, están en curso. Más de 520 personas se han sentado en el banquillo en un proceso relacionado con las actividades de la guardia presidencial.
Al menos 290 juicios relacionados con la intentona golpista han concluido y otros nueve se realizan actualmente.
Los tribunales han condenado hasta ahora a cerca de 4.500 personas, de ellas a casi 3.000 a cadena perpetua, según datos oficiales.