Señor Director:
Con el puño cerrado no se siembra. Mi mano abierta a los amigos, relaciones, colaboradores y parientes. Desde esta
tribuna he compartido con muchos mi pensamiento sobre temas culturales, sociales, políticos de nuestro país y del mundo.
Sin pretensión mesiánica, solo la intención de convocar a conversaciones un poquito más allá de lo que pasa con el tiempo, el
fútbol y los avatares de la pequeña política de la República. Esta invitación al diálogo la hago convencido que es necesario ahora,
como pocas veces en la historia del país, conversar para buscar un rumbo que nos devuelva el impulso y la esperanza.
Con la mano tendida quiero reflejar la intención categóricamente diferente al puño alzado que amenaza con aniquilar
al enemigo. Con el puño cerrado se puede, a veces, ganar, pero hay que defender la victoria construyendo muros para
que muchos no huyan desilusionados y, en otros casos, abriendo las puertas, incluso hasta de las cárceles, para que se
vayan millones y poder controlar con el puño a los pocos que se quedan.
La mano tendida quiere decir que no estoy por descalificar ni funar a nadie, que respeto el derecho democrático de
cada chileno a pensar y a votar como le dé la gana, sin considerar a ningún sector como encarnación del mal y que, por
lo tanto, no debe por ningún motivo gobernar. Significa también mi mayor respeto y disposición de escuchar a todos los
que propongan proyectos alternativos que no nos lleven a la miserable situación de tener que elegir el mal menor.
Alejandro Witker, Historiador
