Si bien Chile Vamos local -y la UDI en particular- logró elegir a dos constituyentes para integrar la convención constitucional, el resto de los resultados electorales no han sido muy positivos para el conglomerado oficialista.
Solo lograron ocho de los veintiún alcaldes de la región, perdiendo comunas emblemáticas, como Chillán y San Carlos. Es más, tanto la capital regional, como las tres capitales provinciales quedaron en manos de Unidad Constituyente.
En cuanto a concejales, el panorama es un poco más alentador (se quedaron con 59 representantes), no obstante, las fuerzas opositoras están en ventaja, con 71.
El último bastión que la derecha local aspiraba a defender era la Gobernación Regional, sin embargo, los votos de este domingo nuevamente estuvieron del lado de Unidad Constituyente.
A nivel político, ha surgido una profunda autocrítica, sobre todo, a nivel de dirigencias de partidos, sin embargo, asoma como gran interrogante la permanencia de algunas autoridades regionales, como el intendente de la UDI, Cristóbal Jardúa (quien debiera asumir el 14 de julio como delegado Presidencial), y de algunos seremis, que según fuentes internas del oficialismo, o no trabajaron “lo suficiente” por Jezer Sepúlveda, o no están cumpliendo las expectativas de cara a las presidenciales y parlamentarias de noviembre.
“Yo creo que responsabilizar al intendente por decisiones que toman otras personas en los partidos es un error, creo que debe darle continuidad al gobierno local, no veo el beneficio de que sea removido. Al nuevo gobernador regional se le deben dar todas las facilidades para su instalación y funcionamiento, para no detener los proyectos pendientes que afectan a miles de ñublensinos”, sostuvo el diputado RN Frank Sauerbaum.
El presidente regional de la misma colectividad, Rodrigo González, en tanto, sostuvo que “debemos hacer una autoevaluación importante, y no pasa solo por la figura del intendente. Tenemos que evaluar la función de toda la gente que ha estado en el gobierno durante este tiempo, es súper importante hacer cambios y dar señales a la gente, que ya nos ha dado varios mensajes en las últimas elecciones. Si no lo entendemos, estamos puro perdiendo el tiempo, por lo que estimo que sí se deben hacer cambios importantes, más allá del intendente”, aseveró.
Según el diputado de la UDI, Gustavo Sanhueza, “estamos frente a una experiencia nueva, que implica la implementación simultánea de dos cargos, el de gobernador regional y el de delegado Presidencial. En ese sentido, lo más acorde sería que el intendente en ejercicio asuma el rol de delegado, por lo menos hasta el final de este Gobierno, ya que Cristóbal Jardúa, en el caso de Ñuble, ha demostrado que posee los conocimientos para desempeñarse como tal”, afirmó.
No obstante, recalcó, “es el Ejecutivo, específicamente el Presidente de la República, quien evalúa constantemente a las autoridades en ejercicio. Por lo que él es el que decidirá si habrá un cambio o no”, manifestó.
Desde Evópoli, su presidente regional, Jorge Ávila, planteó que “lo primero que tenemos que hacer es una profunda autocrítica, la ciudadanía fue tajante en una elección trascendental como era la primera vez de los gobernadores regionales, y hay que reflexionar, sobre todo, pensando en lo complejo que es la baja participación en estos procesos, nuestra falta de conexión con las reales necesidades de la gente, y sobre el término de un ciclo político, que sin duda, fue bueno e importante para Chile, pero que requiere transformaciones profundas en la forma y en el fondo”, dijo.
Resaltó que “en Evópoli no estamos por seguir haciendo las cosas de la misma manera, y no vamos a dar espacio a una discusión que no tiene sentido. Si el intendente Jardúa será o no el delegado Presidencial, es una discusión para otras instancias. Voy a destacar su trabajo incansable, su capacidad de diálogo y su empatía, ha sido un muy buen intendente, y estoy seguro de que tiene mucho que seguir aportando a la región”, afirmó.