Durante las últimas semanas, los malos olores se tomaron las redes sociales de la intercomuna Chillán-Chillán Viejo. Cientos de vecinos de todos los puntos cardinales, alzaron la voz para reclamar contra la proliferación de emanaciones nauseabundas que afectan su calidad de vida.
A la par, autoridades regionales realizaron visitas a terreno y comenzaron investigaciones con el fin de conocer los orígenes de los eventos que parecen responder a múltiples causas, de tal manera que a esta alturas corresponderían a un “fenómeno estructural” y de difícil manejo.
En el caso de la intercomuna Chillán y Chillán Viejo, que es la que registra el mayor número de quejas o denuncias por efluvios desagradables y que han sido materia de investigación, las fuentes son conocida como detalla el dirigente de Valle Escondido en Chillán Viejo, Luis Mendoza.
Sostiene que llevan “años planteando este tipo de denuncias a través de canales informales o mediante cartas u oficios a entidades de gobierno y no hemos obtenido muchas respuestas”.
En la comuna histórica, relata, “a esta altura el patio trasero de Chillán, existen diversas empresas e industrias contaminantes generadoras de olores y vectores como insectos. Cerca del vertedero de Ecobío, existe una planta de secado de algas, camino a Yungay una empresa forestal incorporó en los terrenos colindantes con la carretera un producto de color blanco con olores nauseabundos, a lo que se suma un criadero de aves”.
“Hemos enviado oficios hace unos 20 días a las autoridades como Junta de Vecinos, y lamentablemente no hemos obtenido respuestas”, lamenta.
Hacia el poniente de la ciudad, la dirigente Ghisleine Vallejos, quien ha sido la voz frente a los problemas ocasionados por plantas de áridos y evidenciado la falta de agua potable, indicó que los problemas con los malos olores son graves.
En la zona, agrega, a diferencia de Chillán Viejo, “no, hay plantas industriales, pero si hay conflictos con el tema de compostaje en Huape, que llena de malos olores y moscas al sector. Se suman a ellas muchas avícolas, en Chonchoral, y Caserío Linares”.
En tanto, el presidente de la Asociación Rural de Ñuble, Pedro Rubio, remarcó que según los antecedentes que maneja, en la actualidad existe una proliferación de moscas en una amplia zona del territorio nacional, al menos desde el Maule a Biobío.
Sin embargo, declaró que en la zona son conocidos los problemas asociados a planteles como el relleno sanitario de Chillán Viejo, la planta de Essbio o planteles porcinos en esa y otras comunas, junto a instalaciones que generan emanaciones que afectan a la población con diversa gravedad y frecuencia.
Superintendencia
Frente a la ocurrencia de estos hechos, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA), realizó una investigación para identificar el origen de los problemas denunciados por vecinos.
De esta manera, desde la entidad comentaron que ante el reciente aumento por la preocupación de la presencia de vectores del tipo moscas y olores en la Región de Ñuble, “fue realizado un trabajo coordinado por la Superintendencia, con el fin de identificar y abordar las principales fuentes asociadas a proliferación de vectores”. En el marco de esta actividad se priorizaron alrededor de 25 instalaciones, entre ellas varias que han sido acusadas por vecinos, como el relleno sanitario de Ecobío, sitios de disposición de residuos sólidos industriales con procesos de compostaje, planteles porcinos, planteles avícolas, plantas de tratamiento y elevadoras de aguas servidas, áreas de disposición de lodos de plantas de tratamiento de aguas servidas, plantas elevadoras, entre otras.
A la fecha, confirmó el jefe regional de la SMA, Cristian Lineros, “se han visitado todas, en coordinación con entidades como el SAG, la Superintendencia de Servicios Sanitarios, la Seremi de Salud o el municipio de Chillán”.
A partir de ese trabajo coordinado, indicó Lineros “se han iniciado algunos sumarios sanitarios por parte de la Autoridad Sanitaria, específicamente a tres planteles avícolas y un proceso de higienización en una planta elevadora de aguas servidas”.
Asimismo, destaca la Superintendencia de Medio Ambiente, “el SAG realiza captura de moscas e insectos para identificación taxonómica en sitios de mayores denuncias, donde los resultados dan cuenta de la presencia de la mosca tipo domésticas que también se encuentran con alta presencia en otras regiones (O’Higgins, Maule y Biobío) debido fundamentalmente a condiciones climáticas”.
Junto con ello, el jefe regional destaca que: “respecto de los efectos de olores y moscas asimilables a la aplicación de lodos sanitarios -tesis que también se levantó en algunas redes sociales y distintos medios de comunicación regional-, hace dos semanas se ha enviado requerimiento a sanitaria de las comunas de Yungay, Quirihue, Quillón, San Carlos, Bulnes, San Ignacio, Chillán Viejo, Coelemu, Pinto, Bulnes, Coihueco, Pemuco y Cobquecura, con el fin de ratificar que no existe aplicación de lodos sanitarios estabilizados en suelos de la región de Ñuble en los últimos 60 días, según resolución de la SMA de requerimiento de información N° 004/2021”.
Midiendo olores
Como consecuencia del aumento de las denuncias asociadas a episodios de olores molestos por presencia de animales (cerdos) y guanos, la entidad comenzó durante el mes de enero pasado, una caracterización de gases odorantes asociados a procesos de descomposición y otros, para lo cual se cuenta con un equipo que ha realizado mediciones de contaminantes en línea en planteles porcinos de Chillán Viejo, hogares de denunciantes en el sector el Quillay y también en Rucapequén, y desde el viernes 26 de febrero se mide el sitio de disposición final de residuos domiciliarios de Ecobio en el sector de Quilmo.
En este sentido, la SMA está midiendo olores molestos a través de un sistema que registra datos en línea a través de un equipo del tipo Estación Móvil que es capaz de registrar compuestos orgánicos volátiles, material particulado, temperatura, entre otros indicadores.
En esta caso, la SMA pesquisa “registros, magnitud y duración de procesos de descomposición que se asocien fundamentalmente a ácido sulfhídrico entre otras sustancias”.
En consonancia con ese trabajo, la Unidad de Gestión Ambiental (UGAM) de la autoridad sanitaria inició sumarios a plantas avícolas en fiscalizaciones realizadas tras la conformación de una mesa de trabajo intersectorial (Superintendencia de Medio Ambiente, SAG) establecido – en febrero – para determinar posibles fuentes de origen de vectores y malos olores en la Región de Ñuble.
La seremi de Salud, Marta Bravo, detalló que se fiscalizaron planteles en los cuales se constató un deficiente manejo de residuos, presencia de moscas y malos olores, “evidenciándose infracciones al DS 594/00; DS 144/61 y DFL 725/67 del Ministerio de Salud (Minsal)”.
Los establecimientos de procesos avícolas sumariados son Avícola Santa Bárbara, ubicada en sector Oro Verde, Chillán; Avícola Fidel Araya Alarcón EIRL, emplazada en Callejón Manuel Lagos, Caserío Linares, Chillán; y Avícola Santa Giselle, km 10 camino a Coihueco.
“A esto se suma una prohibición de aplicación de guano de caballo (utilizado como abono) en un predio del sector Trapiche de San Carlos y aplicación de guano de ave en sector Pomuyeto, de la misma comuna de Punilla”, precisó Bravo, añadiendo que las fiscalizaciones de esa cartera continuarán desarrollándose en todo el territorio para ir pesquisando anomalías sanitarias que afecten la salud de las personas.
El seremi de Medio Ambiente, Patricio Caamaño, resaltó que “gracias a un trabajo coordinado se han podido sumar esfuerzos de diversas entidades estatales que están trabajando para caracterizar y determinar el origen de los malos olores que afectan a la comunidad”.
Destacó que las empresas grandes y pequeñas deben entender que “existen normas que deben cumplir, pues la población no puede sufrir las consecuencia de los malos manejos de sus proyectos empresariales e industriales”.
Problema estructural
El asesor en temas ambientales, Antonio Arriagada, mencionó que al realizar un mapa de malos olores para la Región e Ñuble, “podemos encontrar múltiples actividades productivas que los emiten: avícolas, planteles de cerdo, predios que usan guano para mejorar sus suelos, talleres de diferente tamaño y rubro, agroindustrias grandes como Orafti o Iansa, la celulosa Itata, mataderos, rellenos sanitarios, plantas de algas, problemas en los sistemas de alcantarillado entre muchos otros”.
A partir de ello y de acuerdo a las denuncias que provienen desde todas las comunas, lamenta Vallejos, “podemos decir que este es un problema estructural, es decir deriva de un sistema productivo que no tiene ningún respeto por los impactos medioambientales que producen sus actividades”.
A aquello, planteó, se suma “una legislación ambiental deficiente y una fiscalización ausente por muchos años. Sin duda, gran responsabilidad recae en la no existencia de una norma ambiental que regule los impactos. Hoy se plantea como una paso para solucionar este vacío el estudio de una norma de olores para el sector porcino, lo cual es muy parcial, pero curiosamente el anteproyecto que está en proceso de participación ciudadana hasta el 14 de marzo, deja fuera a los planteles que usan biodigestores”.
Esto implica, agregó, que “la empresa instalada en Chillan Viejo no se le aplicaría la norma, sin embargo este plantel ha protagonizado muchos episodios de malos olores este verano”.
Arriagada critica además que la grandes empresas cuentan con RCA, pero “hay un montón de empresas pequeñas que solo necesitan una resolución sanitaria para funcionar, lo que lleva a que generen muchos problemas, como una empresa de compostaje de Huape”.
El profesional agregó que lamentablemente en el caso de empresas pequeñas y sin RCA “la fiscalización es más laxa y los permisos suelen ser muy poco rigurosos desde el punto de vista ambiental”.