Cuando hablamos de inteligencia artificial (IA), solemos quedarnos en el relato triunfalista: eficiencia, automatización, innovación. Pero no todo funciona perfecto, y eso también está bien. Liderando proyectos de IA, hemos visto implementaciones que no logran el impacto esperado. Más que fracasos, son ensayos valientes que nos permiten aprender y avanzar.
Lo que suele fallar no es la tecnología, sino cómo la abordamos. Muchas empresas adoptan IA por presión o moda, sin tener claro qué problema resolver, sin preparar a sus equipos ni revisar sus datos. El resultado: herramientas que nadie usa y modelos sin impacto. Pero incluso ahí hay valor: aprendizaje.
La IA no es mágica; requiere datos sólidos, objetivos claros y liderazgo comprometido. Equivocarse es parte del proceso. Lo que de verdad fracasa es no intentarlo o no aprender. Adoptar IA es un viaje, no un destino. Y en ese camino, los errores son aliados, no enemigos.
Bárbara Pantoja
CEO de AI Journey
