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Señor Director:
Lo ocurrido en Ecuador, debe ser una voz de alerta para la región y especialmente para Chile.
En primer lugar, el crimen organizado encuentra un espacio muy propicio para operar donde existe corrupción, y en Chile, en los últimos años estamos asistiendo a una franca descomposición institucional en esta materia (en el ámbito público y privado). El crimen organizado transnacional requiere puertos seguros para el tráfico de drogas y otras especies y ya hemos tenido alertas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que indican que Chile se está convirtiendo en un punto neurálgico del traslado ilegal de drogas y otras sustancias.
Los carteles operan subrepticiamente, organizados como holdings con diversos negocios (trata de personas, drogas y armas, además del sicariato y el secuestro) que van expandiendo su influencia y poder de corrupción.
Su operación ocurre a través de la captura del territorio reemplazando al Estado como ente de cohesión social. Usan el homicidio brutal como un espectáculo terrorista. Finalmente usan las cárceles como centros de operaciones.
Si todas estas alertas no nos hacen tomar acciones decididas de alcance estratégico, entonces debemos sentarnos a esperar simplemente lo peor.
Eric Latorre
Director del Magister en Gobierno y Dirección Pública UA