Se estima que por lo menos una veintena de familias lamentaron por segunda vez en menos de 100 días la inundación de sus hogares con las violentas crecidas de ríos como el Chillán, Ñuble o el Niblinto, en la comuna de Coihueco.
En la comuna de Chillán, las crecidas dejaron sobre 1oo hectáreas inundadas en el sector de Oro Verde, al poniente de la ciudad, afectando a unas 14 familias, de las que seis ya habían sufrido de severas pérdidas por las inundaciones que los obligaron a ser evacuados en el mes de junio.
En tanto en Niblinto, son otras cuatro las familias que sufrieron el mismo calvario.
“La otra vez también nos pasó lo mismo, pero el de ahora ha sido mucho peor. Lo más triste de todo, o al menos lo que más rabia nos da, es que anoche (ayer) cuando estábamos tratando de sacar cosas de la casa, llegaron hartos vecinos, pero ninguno de ellos a ayudar, sino que a sacar fotos, a hacer videos”, comentó la vecina Viviana Ortíz.
Su vecina y familiar, Johanna Ortíz, añade que “en mi caso la casa quedó con pérdida total porque teníamos piso de madera y una de las personas que vivían acá es una persona mayor que estaba postrada”.
Mientras los niños y los adultos mayores que se vieron damnificados se fueron a casa de familiares, el resto “pasamos la noche en los autos, porque si nos vamos nos van a entrar a robar”, dijeron.
La misma explicación le entregaron a Bomberos, las familias damnificadas en el sector del kilómetro 9 del camino a Pinto, en la comuna de Chillán, por lo que rechazaron tanto su ayuda, como la de Carabineros y la del Ejército quien les ofrecieron evacuarlos para no dejarlos aislados.
“Sí, la verdad es que ese argumento lo hemos escuchado en reiteradas oportunidades, pero nuestro contingente militar estará desplegado en estos puntos de la región para colaborar, también en la prevención del pillaje y de robos”, explicó el coronel Fernando Herrera, comandante del Regimiento Nº9 de Chillán.
Las casas que se llevó el río
Si el primer frente de lluvias que afecta a la zona tuvo como postal emblemática las casas inundadas, en esta ocasión los registros de casas siendo arrastradas por las aguas debido a los socavones, sin duda serán el sello de este segundo evento.
“La fuerza del río se llevó parte de la ladera. Este vecino había llegado este año de Santiago buscando una vida tranquila y ahora está demoliendo su casa, porque una parte ya se la llevó el río y quiere evitar que ahora se la lleve entera”, comentó Gladys Cerda, presidente de la Junta de Vecinos de la primera hijuela, en Niblinto.