Este jueves comienza una nueva cuarentena en Chillán y a diferencia del resto de los establecimientos de la ciudad, la Escuela Artística Claudio Arrau ya había optado por las clases online hasta por lo menos abril de este año, cuando la idea es habilitar una red de internet para hacer clases híbridas. “Es básicamente por las precauciones que debemos tomar, puesto que acá la cercanía del alumno con el profesor es absoluta. En la academia de piano, el profesor requiere sentarse cerca del estudiante. Para qué hablar de las clases de los instrumentos de viento, en donde al soplar, se pueden provocar contagios”, dice el director del plantel, Juan Pablo Garrido.
Y mientras eso ocurre, la Escuela informó que habilitó una preinscripción digital que en el fondo es una declaración de querer ser parte de alguna academia. “Se trata de un formulario de acercamiento a la escuela de manera de tener una base de información respecto de las personas interesadas en ingresar. Cuando tengamos la posibilidad de volver a lo presencial, esas personas podrán audicionar. De hecho, este año disminuimos la matrícula en un 30 por ciento para poder atender de la mejor manera en forma remota”, indica el director.
Por otro lado, esta base de datos de intencionalidad de ingreso al plantel, servirá para el proceso en el cual está inserta la Escuela de Cultura Artística por estos días. “Estamos a la espera del RS del Ministerio de Desarrollo Social para hacer el estudio de diseño que nos permitirá contar con nuestra anhelada Torre de las Artes”, puntualizó.
La Torre de las Artes será un edificio de cuatro pisos que será construido en la parte de atrás de la actual infraestructura. Contará con salas destinadas a cada academia. La tradicional casona que da la bienvenida al espacio será restaurada y recuperada “porque a pesar que no está catalogada como Patrimonial, lo es. Es uno de los testimonios de la reconstrucción del terremoto de 1939 y ahí quedarán las oficinas”, añade.
El director advierte que esa recomendación podría estar dentro de los próximos dos meses, algo que ha estado esperando por dos años.