Señor Director:
Estamos presenciando una silenciosa ola de nuevos inmigrantes. Pero no cruzan fronteras físicas ni cargan maletas. Progresivamente transforman el paisaje económico y laboral que conocemos. Los flujos de trabajo automatizados y los agentes de IA, que a diferencia de las migraciones tradicionales, tienen una identidad distinta a la de un pasaporte: la eficiencia, la disponibilidad 24/7 y la capacidad de aprender constantemente.
Como cualquier ola migratoria en la historia, llegan para ocupar los espacios que dejamos vacantes; oportunidades de mercado, nichos de servicio y espacios de innovación que hemos desatendido. Como agua que encuentra su cauce, la IA fluye hacia donde encuentra menos resistencia y mayor oportunidad. Es preocupante la poca urgencia que parecemos darle al futuro del empleo. ¿Las organizaciones están identificando activamente dónde puede ser más eficientes antes de que un “inmigrante digital” se cuele?, ¿Están viendo esta tecnología como un nuevo socio estratégico o es solo una amenaza paralizadora?. ¿Tenemos un plan?.
Las sociedades más prósperas son aquellas que supieron integrar y aprovechar las olas migratorias, no las que las resistieron. Así, lo que podría ser una tragedia, aún puede ser, si tomamos acción, una oportunidad para convertir a Chile en una economía digital líder en el mundo y ofrecer a todos una oportunidad de seguir soñando con el desarrollo.
Fernando Roa
