Han pasado 10 meses de la llegada del Covid-19 al país y los contagios han escalado a niveles preocupantes tanto en las regiones de Ñuble como Biobío, donde la mayor movilidad en esta época del año se han mantenido en niveles que aumentan las probabilidades de contraer el virus.
Pese a los esfuerzos de la Autoridad Sanitaria para mitigar el impacto de la enfermedad, intensificando las búsquedas, a través de testeos masivos, para detectar los casos sin síntomas, la pandemia no se detiene en Ñuble, en particular, en Chillán y Chillán Viejo donde la amenaza de una tercera cuarentena total se asoma constantemente.
“Al inicio de la pandemia eran casos individualizados y en este momento tenemos una transmisión comunitaria, por eso que realizamos búsqueda activas buscando a esos pacientes que no saben que son portadores del virus, porque son totalmente asintomáticos. Es importante saber que mientras exista la transmisión comunitaria, con mayor razón tenemos que extremar las medidas”, expresó la seremi de Salud, Marta Bravo.
A menos de una semana que termine el año, surgen interrogantes en torno a la gestión de la emergencia sanitaria y cómo las decisiones han afectado el curso de la pandemia, que hoy en las regiones alcanza cifras negativas.
Según la jefa de la Unidad de Epidemiología del Hospital Regional de Concepción y académica del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Concepción, Marta Werner, hay varios factores que han influido en el alza de las cifras en ambas regiones, entre ellos, la baja percepción del riesgo de la enfermedad en la población, la entrega de mensajes confusos de la autoridad central y los problemas en la trazabilidad.
“Tiene que ver con la evolución de toda pandemia, con cierto nivel de cansancio por parte de las personas en cuanto al nivel distanciamiento que se han estado adoptando en el último tiempo y es en esta época del año cuando uno tiende a reunirse naturalmente con más personas. Tenemos que hacer un esfuerzo por entender que estamos en un periodo de mayor riesgo, particularmente para Ñuble y Biobío. Nunca en el resto del año tuvimos tasas de incidencia de casos activos tan altas como las que tenemos ahora”, señaló.
Para la epidemióloga otro de los puntos débiles en el manejo de pandemia han sido los mensajes emitidos por el nivel central, los cuales no han apuntado a una real corresponsabilidad frente al Covid-19 y han terminado confundiendo a la población.
“El tema también de no comunicar ciertas medidas, donde uno siente que hay un divorcio en la apertura de las fronteras, por ejemplo, de permitir que ingrese gente a Chile y estar en regiones viviendo el peor momento. Creo que hay cierta ambigüedad con respecto al balance que se quiere hacer de los temas de la economía con los sanitarios”, indicó.
“El abrir el comercio y permitir que funcione en horario bastante normal y abrir las fronteras. Sabemos que hay países que están empezando o ya están en sus segundas olas pandémicas, con estas nuevas cepas que se han identificado y que son un tremendo riesgo para su ingreso al país. Ha habido mucha confusión y con eso se pierde credibilidad en los mensajes que se están entregando”, añadió.
El anuncio de la llegada del primer cargamento de vacunas ha generado altas expectativas en la comunidad y un cierto relajo frente al coronavirus olvidando que con ello la pandemia no termina y que el proceso se extenderá durante todo el 2021.
En ese sentido, la experta aclaró que la vacuna en este momento es un elemento más de protección y un complemento a las medidas ya conocidas.
“Hay que entender que la vacuna es una muy buena noticia, pero es un elemento más que nos va ayudar a protegernos, porque la cobertura de vacunación en los niveles deseables, es decir, sobre el 70% de la población no solo vacunada, sino inmunizada, no los vamos a tener antes de junio del próximo año”, advirtió.
Falla de estrategias
Desde la teoría científica los procesos pandémicos han sido descritos como complejos y fluctuantes, donde hay permanentes “olas”. Sin embargo, la epidemióloga y jefa de la carrera de Medicina de la Universidad de Concepción, Ana María Moraga, reconoció que la decisiones que se han tomado desde el Ejecutivo como fue priorizar en un inicio la compra de ventiladores mecánicos por sobre la estrategia de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento (TTA), terminó afectando el control de la pandemia en regiones como Biobío y Ñuble.
“Creo que el no haber implementado inicialmente de manera contundente la única estrategia que puede controlar una pandemia, que es la trazabilidad, nos jugó en contra. En el sentido de que nos hemos ido enfrentando cada vez situaciones más críticas, y en la medida que hay más casos activos con un sistema de trazabilidad no bien implementado, se ha hecho más complejo poder trazar a todos los contactos estrechos. Sumado a eso, que no tenemos un buen sistema de control o fiscalización, más bien, de las medidas de restricción de movilidad que se implementan”, sostuvo.
A juicio de la especialista las acciones centralizadas han terminado afectado la situación epidemiológica de las regiones.
“Hay factores que tienen que ver con las decisiones individuales y con los comportamientos de la población, que a raíz de mensajes, que probablemente no han sido los más acertados de parte de la autoridad, ha habido confusión. Una sensación de que localmente en Ñuble o en Biobío estamos en un menor riesgo, cuando eso es lo que sucedió en la Región Metropolitana al menos actualmente”, criticó.
Para la académica la emergencia sanitaria ha dejado aprendizajes que se deben aprovechar para un mejor manejo de la enfermedad.
“Ha sido un aprendizaje de lo rápido que se mueven los fenómenos pandémicos en pocas semanas. Una situación que está pasando al otro lado del mundo ha llegado acá, y nos damos cuenta que vamos con un tiempo de desfase respecto de lo que va pasando en el continente europeo. Y eso es de alguna manera una ventaja, porque podemos ir adelantándonos e ir tomando medidas. Creo que estamos a tiempo aún de hacer eso”, valoró.
Crisis de credibilidad
La epidemiológica y académica del departamento Salud Pública de la Universidad de Talca, Loreto Núñez, concuerda en que la llegada del virus al país sin un sistema de TTA montado ha afectado la contención de la pandemia, al igual que la crisis de credibilidad de las autoridades, que se arrastraba desde octubre del año pasado.
“Nos toma mal, porque nos pasamos harto tiempo en discusiones, entre lo que era correcto hacer o no, y claro se fueron perdiendo tiempos valiosos al inicio de poder hacer este control, y ahora la propagación del virus es comunitario. Entonces, poder parar eso no será fácil y lo estamos viendo. Hay estas políticas de apertura que se abre un poco y después vemos las consecuencias de esa apertura, y con este tipo de virus mientras más movilidad hay la posibilidad de propagar los casos va aumentar”, enfatizó.
El aumento de casos coincide con la época que estamos viviendo, de intensa actividad comercial de fin de año, donde producto de las aglomeraciones se torna difícil mantener la distancia y se comienza a relajar medidas como el uso correcto de la mascarilla, que ha sido denunciado por las autoridades locales.
“En estas pandemia hay que estar atento siempre, porque son muy dinámicas. La transmisión es alta, el virus está circulando, tenemos a todas las regiones con un número reproductivo mayor que 1, por lo tanto, estamos en posibilidades de tener un aumento de casos en cada una de las regiones”, puntualizó la docente Loreto Núñez.
Si bien la llegada de la vacuna al país es una noticia positiva y una señal de esperanza, se recomienda moderar las expectativas, ya que aún hay ciertos “vacíos” en este proceso. Según la epidemióloga, aún se desconoce si las personas aún vacunadas al estar en contacto con el virus pueden seguir o no transmitiendo la enfermedad, por lo que aún las medidas de prevención se deberán mantener.
“El efecto a nivel comunitario no sabemos cuándo va llegar, cuándo van a poder ser vacunadas las personas que lo requieren. También hay algunos vacíos, porque el que tengamos la vacuna no quiere decir que nosotros no tengamos que mantener el uso de la mascarilla o mantener la distancia física en las primeras etapas”, dijo.