Cristian Bravo fue en su corta vida, uno de los artistas más fructíferos que dio a luz esta ciudad. Falleció el año 2009 producto de una insuficiencia renal dejando un vacío difícil de sobrellevar. Por años, su obra quedó guardada en el seno familiar hasta que un proyecto Fondart presentado por el periodista Miguel Lagos Vargas en 2021 permitió editar “Los Juegos de la Imaginación, Vida y Obra de Cristián Bravo Carrera”.
Ahora el mismo periodista presentó y se adjudicó un nuevo proyecto titulado “Plan Puesta en Valor Vida y Obra de Cristian Bravo Carrera”. Al equipo además se suman Natalia Jara Bravo, Sonia Quiroz Astete y Catalina Garcés Rondanelli. Según explican los ejecutores, el proyecto se extenderá por ocho meses y será la segunda fase de “Los Juegos de la Imaginación, Vida y Obra de Cristián Bravo Carrera”.
El objetivo de dar cuenta de la historia y la calidad de la obra del “Chincha” (como le decían sus cercanos) se había resuelto cabalmente. No obstante, el objetivo de visibilizar su obra había quedado parcialmente resuelto. Esta propuesta también plantea la digitalización de la obra, además de instancias lúdicas interactivas en base al universo Bravo en la misma plataforma digital.
El proyecto contempla la incorporación de una serie de intervenciones de mediación en públicos adolescentes en situación de extrema vulnerabilidad, también de jóvenes provenientes del sistema educativo municipal, además de adultos mayores integrados a la Red de Clubes existente en la zona. Se activará un plan de difusión que tendrá como misión difundir el desarrollo del proyecto en todas sus fases; en públicos que están fidelizados en redes sociales por las instituciones culturales colaboradoras del proyecto: Casa Gonzalo Rojas, Extensión UBB, Colegio Padre Hurtado, Programa Mejor Niñez, Departamento Cultura DAEM y Red de Clubes Adulto Mayor.
Paralelamente, considera la puesta en marcha de una página web con la vida del artista y la posibilidad de disfrutar sus obras, además de juegos interactivos diseñados para un público de entre 10 y 18 años.
Miguel Lagos precisa que “durante la pandemia fue fundamental tener mucho más tiempo libre en casa, para dedicarse a investigar, entrevistar y escribir en profundidad. En una primera aproximación, el proyecto iba a consistir en un análisis exhaustivo de su obra, y cómo esta se relacionaba con una biografía que se suponía podía ser interesante. Cuando nos dimos cuenta de la potencia de los relatos, y cómo la presencia de Cristian había afectado a todos los entrevistados, es que decidimos girar la investigación hacia su vida y cómo ésta se vinculaba con su obra. En un primer momento quisimos esperar la pandemia para hacer las entrevistas en vivo, no sabíamos cuánto duraría este tiempo, y como se sabe ahora, se alargó mucho más de lo presupuestado”.
“En marzo iniciamos, llegó la pandemia y en junio no nos quedó de otra que hacer las entrevistas de forma remota. Éstas que en un principio se tornaban medias frías y con poca profundización, en un segundo intento iban mejorando, además ya sabía lo que quería indagar, y fue resultando algo muy íntimo entre entrevistado y entrevistador. Otro hecho rescatable es la posibilidad de generar contenido regional, de alguien que vivió en este territorio, que tuvo las necesidades y condiciones de un artista de esta parte del mundo”, dijo.
Por su parte, Natalia Jara sostiene que “este libro se pone a disposición de toda la comunidad ñublensina, a través de donaciones de ejemplares a todas las bibliotecas municipales de Ñuble, y algunos establecimientos educativos. Esto es relevante, pues se permite el acceso de toda la comunidad a una amplia colección artística, de la cual prácticamente no había registros”.
El artista
Cristian Bravo Carrera nació en Chillán en 1964 y falleció en la misma ciudad el 2009, producto de una insuficiencia renal, enfermedad que lo acompañó en la mitad de su vida, y condicionó su forma de ver y relacionarse con el mundo. Al estar contra el tiempo planificó su vida en torno al cultivo del alma y de su obra pictórica.
Fue así como desarrolló un estilo cercano al naif, cargado de simbolismos, resignificó los cuerpos en su arte, mucho antes de la llegada de la perspectiva de género actual, fue el promotor de la movida pictórica chillaneja de principios de los noventas; y su muerte caló profundo en la comunidad artística local. En base a su enorme legado, el equipo trabaja por preservar su memoria.