Hace algunas semanas, el DT de Ñublense, Mario Salas, reconocía que la fluidez creativa y ofensiva era una tarea pendiente en su equipo. Y que, por contrapartida, la faceta defensiva era un punto a destacar en el funcionamiento, ya que el Rojo era uno de los equipos que menos goles había recibido en su pórtico.
Al cabo de las seis primeras fechas y tras la derrota por 5-3 frente a Unión Española, en una guerra de goles en Santa Laura, el análisis se invirtió.
Ahora Ñublense mejoró su producción ofensiva y tiene respuesta en ataque, pero su dispositivo defensivo se vino abajo, como un castillo de naipes.
En dos partidos recibió ocho goles, evidenciando notorios problemas de marcaje, retroceso, ubicación y capacidad de anticipación.
Everton le encajó tres en Viña del Mar y los hispanos cinco en el recinto de Plaza Chacabuco.
Pero eso no es todo. Si bien el equipo anotó tres goles, el sello colectivo que desea Salas, quien no pudo dirigir ante los hispanos y tampoco podrá hacerlo frente a Colo Colo el próximo sábado, a las 15.00 horas, aún no aparece. Los hinchas están perdiendo la paciencia y un sector asegura que su continuidad la pondrá en juego en los duelos frente a Colo Colo y Palestino.
“No pensamos que nos iban a generar muchas situaciones por lo que veníamos haciendo, tenemos que analizar qué pasó. Unión nos dañó con salidas rápidas. Esto nos invita a reflexionar para corregir estas falencias que tuvimos en defensa”, analizó el ayudante técnico Christián Guzmán, quien enfatizó que las expulsiones siguen siendo un problema sin solución.
“Lo de Medina y Lorenzo (Reyes) son expulsiones que nos afectan, pero tendremos que ocuparnos de la gente que estará a disposición en lo físico y reglamentario”, comentó, aunque espera que las críticas decaigan frente a Colo Colo.
“Es un lindo momento para revertir este momento. Hay que continuar en este proceso continuo, que no se detiene, hasta que creamos que podamos hacerlo para salir adelante”, concluyó Guzmán, quien podría perder a Bayron Oyarzo por lesión.