Restaban cinco minutos para el final y parecía que Ñublense, tras un duelo marcado por los yerros defensivos y su capacidad de reacción, sentenciaba un empate 2-2 o una victoria agónica.
Sin embargo, un error del zaguero Jorge Ampuero, quien quedó corto en el despeje de cabeza en área chica, permitió que Nicolás Altamirano se filtrara a su espalda y anotara el doloros e inesperado 3-2 final.
El gol del centrodelantero fue cómo una daga en el corazón del puntero, que había sido capaz de dar vuelta el resultado en un carrusel de emociones, pero terminó cediendo los tres puntos por impresentables vacilaciones defensivas.
Con la derrota en el sur, el sublíder Rangers, que anoche buscaba el triunfo ante Melipilla, vendrá con todo el próximo martes a Chillán a buscar la victoria para darle caza al elenco de Jaime García.
Reacción y errores
Pero en el momento menos indicado, Ñublense perdió la brújula en el sur. Durante el primer tiempo, no tuvo la dinámica ni la chispa en ataque para finiquitar a Puerto Montt que encontró en Byron Bustamaente y Nicolás Gauna, a agentes ofensivos rápidos que siempre tejieron en velocidad.
Pinto en ataque siempre pidió ser abastecido, pero no encontró sociedades ni en Pérez ni en Ortega. Rozas tampoco estuvo fino y la defensa del líder se mostró inquieta con los embates del local en el siempre complicado pasto sintético del Chinquihue.
De hecho, a 15’ del final del primer tiempo, el cuadro local que tras un inicio parejo, comenzó a dominar con transiciones rápidas, abrió la cuenta por intermedio de Rodrigo Linares, quien con un remate bajo entrando por derecha venció a Miguel Jiménez.
Kevin Valenzuela sacó un disparo con derecha y casi iguala el marcador en la recta final del primer tiempo, pero Castillo manoteó al córner.
En el complemento, Ñublense salió con el protagonismo ofensivo que careció en la primera fracción, durante la cual tuvo una postura más contenida y con escasa fluidez creativa y ofensiva.
Factor “Larry”
El ingreso de Luis “Larry” Valenzuela fue clave porque le dio pase habitador al equipo que comenzó a tener la pelota y a llegar. Ñublense se instaló en campo enemigo y adelantó las líneas. Tanto así que Vargas, de defensor pasó a armador y centrodelantero y fue víctima de penal en una patriada. Desde los 12 pasos, Mathías Pinto falló y dejó escapar el empate.
Pero Nicolás Vargas siguió empujando desde el fondo y siguió proyectado en ofensiva. Hasta que capturó un rebote en la defensa de Puerto Montt y metió un zurdazo que dejó sin opción a Castillo a los 63’.Tras el empate, Ñublense olfateó a su presa y fue por más apostando por la misma posesión de balón y agresividad en ataque. Un pase largo de Luis Valenzuela, encontró a Mathías Pinto entrando al área, su centro no alcanzó a ser conectado por Escalante, de pálido cometido, pero el rebote lo volvió a capturar Pinto quien puso el 2-1.
La felina reacción del Rojo en el sur, parecía que daba paso a una victoria del líder, pero entonces reaparecieron los errores en defensa.
Primero, Sebastián Pérez, de bajo accionar en Chinquihue, no pudo despejar un balón en el área que se le pasó por entre las piernas, facilitando el empate casi inmediato de Nicolás Gauna, figura por la banda izquierda.
Y cuando el partido era para cualquiera, un grosero error de Jorge Ampuero, a cinco minutos del final, permitió el 3-2 a Altamirano.
Ya no quedaba nada y Ñublense pagaba caro sus errores en el sur del país. Ahora, sin Nicolás Vargas ni Odriozola y con Mateos en duda, quien no jugó en Chinquihue por una dolencia muscular, el equipo de Jaime García deberá recibir el martes a Rangers en una final anticipada en la que no puede repetir estos errores si quiere seguir aferrado a la punta del torneo.
