Los “diablos rojos” quedaron heridos y frustrados tras el encendido duelo con la Universidad Católica. No solo por la derrota, sino que también por las expulsiones y el arbitraje de Fernando Véjar, que consideraron deficiente y poco ecuánime a la hora de sancionar infracciones similares en ambos elencos.
Pero el cuadro chillanejo ya dio vuelta la pagina y su entrenador asume que ahora la misión es enfocarse en el sello futbolístico que mostraron en el primer tiempo ante la UC, previo a las expulsiones, para dar un golpe en Viña del Mar ante el buen elenco de Everton.
“Ya pasó lo de la Católica. Nos dolió, pero este equipo es fuerte y estamos mentalizados en enfrentar a un gran rival, que juega muy bien y tiene un técnico al que admiro mucho, porque ha sido uno de los extranjeros que ha aportado al fútbol chileno”, analizó García.
El técnico recuperó a sus laterales Bernardo Cerezo y Jovany Campusano, que serán titulares y al delantero Bayron Oyarzo, que irá al banco de suplentes.
“Everton es un equipo que propone hasta el final, que tiene gran manejo de balón en el mediocampo y es rápido. Nosotros vamos a definir si jugamos con línea de cuatro o cinco, también analizando que propone el rival”, reforzó García.
“Ñublense es un equipo con sello asociativo. Muy móvil. Con volantes de mucha movilidad que rotan y piden la pelota como Reyes, Henríquez, Leiva, que no estará y Rivera. Pero si hacemos una presión alta y somos agresivos, el rival tendrá menos tiempo y espacio para que ellos puedan hacer los movimientos que hacen”, apuntó Francisco Meneghini.
Los ruleteros tienen ocho puntos, los mismos que Ñublense, y vienen de caer de visita frente a Cobresal por 3-2 en El Salvador, mientras que el Rojo quiere sanar la herida de injusticia que le dejó la UC en Chillán, con el polémico arbitraje de Véjar como protagonista.