El presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Chillán, Ricardo Salman, reiteró la preocupación del gremio por el complejo escenario económico para el sector, cuya recuperación sigue limitada por el impacto de las restricciones crediticias, como las altas tasas de interés.
“Efectivamente, 2021 fue un muy buen año, ya el 2022 hubo una caída y este año va a haber una caída importante y probablemente el próximo también. De hecho, no hemos podido recuperar los permisos de edificación en términos de metros cuadrados aprobados desde el año 2019. En los años 2020, 2021 y 2022 cayeron a la mitad de lo que teníamos en pre pandemia, es decir, en 2019, y eso se ha recuperado marginalmente más allá del 50% de esos indicadores previos”, expuso el dirigente gremial en entrevista con Radio La Discusión.
Salman explicó que “esto responde a las dificultades que enfrenta hoy día nuestro país y que fue un problema para todo el mundo: el alza de costos en materiales de construcción, que es un tema que ya está más controlado, han dejado de subir en forma importante, ya las alzas son más marginales, son normales. También bajaron los costos de transporte, el flete internacional, ya estamos dentro de valores cercanos a los de prepandemia. Entonces, esa presión ya no está, pero sabemos que la tasa de interés sigue muy alta para controlar precisamente la inflación y que efectivamente también nos ha golpeado muy fuerte a las empresas, porque el Índice de costos de la construcción estaba del orden de cuatro veces superior al IPC, por lo tanto, si bien los valores de las viviendas estaban en UF, no se reajustaron lo que se incrementaron los costos”.
El timonel de la CChC Chillán reconoció que, debido al impacto del alza de los costos, “desgraciadamente, hubo muchos proyectos que quedaron en el camino y otras empresas que quebraron. Naturalmente, el sector está debilitado, pero reponiéndose”.
En ese sentido, valoró que “ha habido una respuesta de las políticas públicas para atender estos mayores costos, eso se ha podido resolver parcialmente también. Pero hay otras variables que afectan. Por ejemplo, se ha incorporado últimamente el IVA a la construcción, gradualmente se fue aplicando y en esta última etapa, que partió este año, el IVA también afecta hasta las viviendas sociales. Esos son mayores costos también, y en ese proceso de transición hay que ver cómo lo vamos asumiendo, si hay una respuesta para asumir ese mayor costo de parte del subsidio del estado. Entonces, eso va ralentizando el inicio de las obras, y este problema lo tenemos a nivel nacional”.
Salman resumió que “primero fueron los costos, luego varias reformas y luego el tema de la tasa de interés, que es lo que está ralentizando todo el sector, porque las empresas constructoras e inmobiliarias no solo tienen una tasa alta que enfrentar, sino que mayores dificultades para el acceso al financiamiento, muchas más condiciones que cumplir y otras restricciones, porque sencillamente, aunque reúnas las mejores condiciones o cumplas con los requisitos que antiguamente se exigían, sencillamente hoy día no se están aprobando los financiamientos, por la incertidumbre que hay. Los bancos han cortado por lo sano, y ven que, si hay riesgo de que las empresas quiebren, sin un análisis individual, tenemos una restricción generalizada al financiamiento y esa situación es muy grave, porque al final la banca se está transformando en partícipe de las problemáticas que hoy día enfrentan las empresas”.