Locatarios del mercado municipal acuden a los gatos para controlar plaga de ratones
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Clara Castro ya comenzaba a prepararse para cerrar su local de artesanías, ubicado en el mercado municipal o Plaza Sargento Aldea, tras una jornada laboral y descolgó su cartera, que suele mantener en lo alto del techo y tapada para evitar robos.
Abrió el accesorio para sacar su celular “y de repente sentí un dolor enorme en el dedo. Como si me hubiese dado la corriente y al sacar la mano, saltó de adentro de la cartera un tremendo ratón”, comentó a nuestro medio mostrando la herida y el papel de atención de urgencias que le dieron en el hospital de Chillán, donde la atendieron.
“El dedo me ululaba por dentro, pero fue tanta la rabia que tomé una bolsa, agarré al ratón y lo azoté contra el suelo hasta que lo maté. Y los vecinos igual vinieron corriendo al escuchar mis gritos”, relata.
Los vecinos, en no más de tres locales aledaños, ya cuentan 12 ratas muertas por ellos, en menos de dos semanas.
Por lo pronto, muchos feriantes han optado por “tener gatos. Si usted se fija, hay hartos gatos acá en el mercado y donde hay gatos, los ratones no se meten. Me gustaría dejar uno en el local, pero como yo vendo cosas de greda, si el gato persigue a un ratón por los aparadores, me van a quebrar todo”, lamenta la afectada.
“Esto es un plaga. Lamentablemente y con mucho dolor, creo que ya es hora de denunciar el tema”, dice el presidente del gremio de locatarios de la plaza Maipón, Manuel Rojas.
El dirigente, añade que “la normativa es clara: cada locatario debe hacerse cargo de desratizar y sanitizar su local, pero el problema es que de los 267 locatarios de la Plaza Sargento Aldea, con suerte el 30 por ciento cumple y el resto nada, por eso es que tenemos el problema de ratas hace muchísimos años”.
Rojas anticipó que esperan tener una reunión con representantes de la Seremi de Salud y de la Municipalidad para “que vengan a fiscalizar, porque hace mucho que no vienen, y les exijan a todos que desraticen sus locales. Sólo el mes pasado hubo dos personas mordidas y eso no puede seguir pasando”, añadió.
Al menos, desde la Municipalidad, el alcalde, Camilo Benavente, aseguró a LA DISCUSIÓN, que “a partir de este lunes comenzaremos a tomar las medidas necesarias, es muy probable que desde la municipalidad se pueda intencionar ayuda para los locatarios”.
Mientras que Marina Crisostomo, presidente de la comisión Mercado, del Concejo Municipal, añadió que “imagino que esto es muy duro para ellos, tanto el sufrir esta plaga como el admitirla públicamente, no lo habían hecho como un acto de solidaridad, pero es peor dejar que el problema crezca. Felicito a quienes se atrevieron a denunciar”.
Los gatos al rescate de la feria
Tal como ocurriera después del año 1352 en Europa, cuando las ratas propagaron la peste bubónica (peste negra) matando a un tercio de la población de Europa, muchos locatarios, han visto como una efectiva manera de resguardo el tener un gato.
Hoy es fácil verlos caminar tranquilos y relajados por el icónico lugar.
“Yo tengo dos gatas y las dejo con todos los resguardos en las bodegas en las que guardamos las frutas”, dice Petty Parra, locataria del patio Arturo Prat, quien agrega que “gracias a ellas, en la bodega no se meten los ratones. Por eso muchas personas están haciendo lo mismo, porque el tema de la plaga es cierto y no es llegar y poner veneno para que se vayan”.
El caso de Lo Valledor
Desde la empresa Neo Plagas Equlibrio Ambiental, que ha cumplido con tareas de desratización en la feria de Lo Valledor, en la Región Metropolitana, advierten que “desratizar requiere de conocimientos tanto del tipo de roedores, saber detectar sus madrigueras y zonas de recolección, pero sobre todo, conocer el tipo de productos a utilizar. No basta con que una persona sin mayores conocimientos ponga veneno en sus locales”, dijo el jefe de control de calidad, Juan Carlos Araniz.
En el caso de Lo Valledor- explica- fue en extremo complejo por la enorme población de roedores que la afectaba. “Una vez que se hizo la desratización, fue necesario poner un punto fijo de vigilancia y control, ya que si no se hace control por lo menos una vez al mes en ese tipo de lugares, que son abiertos, no sirve mucho desratizar ya que al poco tiempo volverán los roedores”.