Un inesperado problema se está originando en el proceso de renovación de las veredas desde calle Libertad hacia el sur, trabajos dependientes de la Municipalidad de Chillán, y en el que se ha estado trabajando desde el primer trimestre del 2021.
Como parte de las obras de mitigación comprometidas por el municipio, bajo la administración del exalcalde, Sergio Zarzar, se ofreció a los suplementeros que tendrían que estar “parados” sin trabajar, el poder contar con un habitáculo de mayores dimensiones, como los que existen en otros países como Argentina o Brasil, los que además, tendrían a disposición un lavamanos.
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Si bien la medida se ajustaba a los parámetros de dignidad laboral en los que se ha ido avanzando en el país, una vez instalados los primeros, quedó al descubierto la desventaja que le significa a los locales comerciales establecidos ubicados frente a estas nuevas estructuras.
“Para nosotros esta situación es terrible. Primero porque nos priva de luz natural, significan también un factor de riesgo ya que no vemos hacia el exterior y en cualquier momento nos pueden asaltar. Pero lo que más nos complica es que ahora, desde la calle, no se ve nuestro local. Mucha gente que viene dice que nos vio cuando iba pasando en su auto, pero ahora somos invisibles”, comentó Aldy Villegas, dueña del local Herbolaria Mapuche, ubicada en Constitución 818.
La situación no es mejor para un local de Sushi, en la misma calle, quienes lamentan que “al principio vimos la pura base, pero jamás pensamos que iban a ser tan grandes. Nos complica porque ese espacio es ocupado por los clientes, ya que somos un delivery, y no podemos tener gente dentro del local”.
Es más, no desconocen que “esta situación podría hacernos cerrar, como lo tuvo que hacer una óptica que está en 5 de Abril”.
Los locatarios enviaron una carta al municipio y aún esperan una respuesta.
Apelar a la buena voluntad
Quien tocó el tema dentro del consitorio en forma pública, fue la concejal Quenne Aitken, quien detalló que “miden dos metros 90 de alto, y con una base de un metro 60 de ancho y casi cuatro metros de largo, dejando en ocasiones un metro 20 de ancho en la vereda, entre la estructura y el local comercial, hay varios de estos en distintas partes, luego se va a instalar otro en Isabel Riquelme y va a tapar otro local”.
En respuesta, el alcalde Camilo Benavente remarcó que tanto el proyecto de remodelación y ampliación de veredas, así como la instalación de estos locales, “fue una gestión de la administración pasada aprobada por Desarrollo Social y por el Gore, y se trata de 25 kioscos. De esos 25 kioscos, según nuestro catastro, hay cuatro kioscos complicados, los otros estarían bien”.
El jefe comunal consintió que “esos kioscos no pueden estar ahí, hay que sacarlos, pero hay que buscar un plan A, B y C para ofrecerle a los kiosqueros”.
De esta manera, la última palabra será de los suplementeros.
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