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Un estudio elaborado por la Universidad de Talca, junto a la Dirección Meteorológica de Chile, arrojó que la temporada de lluvias en la zona central del país es cada vez más corta.
Según el informe, en los últimos 20 años el periodo invernal se ha ido acortando, dejando a mayo, junio y julio como los meses con más precipitaciones.
En Ñuble, la caída de agua, históricamente, era entre los meses de abril y octubre, pasando ahora a registrar lluvias entre abril y septiembre. Una situación que seguiría la constante respecto a la escasez hídrica que afecta a la zona.
Para Aldo Montecinos, doctor en Climatología y profesor asociado del Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción, las precipitaciones están bajo el promedio este año, y pese a que en primavera se vislumbra caída de agua, esta no será suficiente.
“Lo que va a ocurrir es que este año va a estar por debajo del promedio en términos del monto anual, ocurra lo que ocurra durante la primavera. En términos climatológicos, las precipitaciones de primavera son bastante inferiores a las precipitaciones de invierno”, dijo.
El experto sostuvo que los resultados del estudio, que dicen que la temporada de verano estaría siendo más amplia debido al cambio climático, no coinciden con la realidad, ya que, tanto en toda la temporada de otoño como en la de verano, se siguen registrando lluvias.
“Como han sido las primaveras, incluso los otoños pasados, en los últimos 10 años se pueden dar cuenta que han habido otoños con mucho evento de precipitación y en primavera también pero no han sido capaces de revertir el índice que está debajo de lo normal cuando el invierno es seco”, explicó Montecinos.
La escasez de agua es algo que preocupa, según Alfredo Walling, presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, pues la temporada la comienzan con mil 1.000 milímetros (m.m) de agua para regadío y con el paso del tiempo se ha reducido a 500 m.m.
“Hemos bajado prácticamente de 1.000 m.m, que era nuestra pluvimetría histórica, a 500 m.m, es decir tenemos la mitad de agua caída y eso influye directamente a los regantes que dependemos del aguanieve y teniendo menos nieve, tenemos menos agua”, advirtió.
El líder de los agricultores de la zona explicó que para subsanar la poca caída de agua, el gobierno debe invertir más en recursos hídricos, con proyectos que impulsen el regadío en sectores de siembra.
“Es preocupante la falta de inversión en los embalses, pensando que la agricultura tiene el 60% del agua pero el 80% se va al mar, entonces ese 60% es bastante relativo, por otro lado, tenemos el caso del Río Ñuble donde empezamos a regar con 100 metros cúbicos y terminamos con 20 metros cúbicos, y solamente el 20% tiene seguridad de riego, por ende todo esto se debe a la falta de inversiones”, sostuvo.
El estudio de la Universidad de Talca sostiene que existe el riesgo de que se agudice la crisis hídrica, la cual se extendería hasta por lo menos el 2025.