Con repetidos guiños a la ex primera ministra Margaret Thatcher y una receta para afrontar la crisis del coste de la vida centrada en bajos impuestos y medidas económicas liberales, Liz Truss se apropió en el Reino Unido del título de nueva Dama de Hierro.
Ganadora de las primarias del Partido Conservador, Truss, de 47 años, ocupó durante el último año la cartera de Exteriores, desde donde ha desplegado una dura retórica contra Rusia y China, y ha dirigido un choque con la Unión Europea (UE) que amenaza con derivar en una guerra comercial.
[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]Ella es la impulsora de la ley que permitirá a Londres incumplir el acuerdo del Brexit y se ha erigido en la primera defensora de las “oportunidades” que vislumbra el Reino Unido fuera de la UE, a pesar de que defendió con pasión la permanencia antes del referéndum de 2016 -abandonar el bloque sería una “tragedia”, llegó a escribir-.
Cambió de idea un año después del plebiscito y admite ahora, cada vez que se le pregunta, que estaba equivocada. Los augurios desastrosos sobre el Brexit que le inquietaban no se han cumplido, asegura, y se ha ganado con su cambio de rumbo el favor del ala más euroescéptica de su partido, que acaparó el poder con el ascenso de Johnson.
Con fama de ser una política convincente y hábil en las distancias cortas, durante la campaña de las primarias “tories” han surgido, sin embargo, dudas entre los comentaristas políticos sobre su magnetismo para movilizar a las masas, una de las principales bazas con las que Johnson arrasó en las elecciones de 2019.
Su promesa de combatir la inflación con bajos impuestos para empresas y trabajadores convenció a la mayoría de los 160.000 afiliados del Partido Conservador con derecho a elegir al líder, que tienden a situarse a la derecha del espectro político respecto al conjunto de votantes “tories”, informó Bio Bio Chile.
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