Señor Director:
Sin lugar a dudas la promulgación de la ley que sanciona los delitos económicos y ambientales es una muy buena noticia para Chile, especialmente en materia de recuperación de las confianzas. Lo anterior en plena crisis de las instituciones y el sistema político debido a lo que se conoce como caso convenios.
La importancia de esta iniciativa es que busca sistematizar los delitos económicos y medioambientales, sancionar de manera ejemplificadora a quienes los cometen y recuperar el orden quebrantado en la sociedad.
Estos delitos son tan importantes y tan relevantes como cualquier otro, por ejemplo, de alta connotación social, porque aquí las víctimas no solamente son las personas, sino toda la sociedad. Por esta razón dotar a nuestra legislación de una herramienta como ésta, que aumenta las penas, sistematiza los delitos económicos y medioambientales en un sólo capítulo, favorece un sistema de justicia que aplique, en su más estricto sentido, sanciones sin importar origen, recursos económicos u otros.
Esperemos que, de una buena vez, se les acabe la fiesta a los corruptos y quienes no tienen un mínimo de moral, ni incomodidad, en aprovecharse de las falencias del sistema y la falta de regulación.
Rodrigo Durán Guzmán