Señor Director:
El estudio de ANDESS y Criteria sobre la crisis hídrica revela una verdad ineludible: un 86% de los chilenos está alerta ante esta emergencia, trazando un mapa claro de la preocupación nacional por la conservación del agua. Esta cifra no es solo un número, sino un llamado a la acción que resuena desde el norte más seco hasta el sur más lluvioso de Chile.
Este escenario podría agravarse con la implementación de la mal llamada Ley de “Plásticos” de Un Solo Uso, que prohíbe la entrega de utensilios desechables en la industria alimentaria, incluso si son de materiales biodegradables.
Dicha norma, se aparta de la experiencia comparada que destaca las ventajas de los materiales compostables y valorizables. Por ejemplo, un vaso 100% biodegradable hecho de algas estará prohibido. La ley obliga a adoptar utensilios reutilizables, los que deben ser lavados constantemente tras cada uso, generando un aumento considerable en el consumo de agua en la industria gastronómica. Por ejemplo, un lavavajillas eficiente consume alrededor de 200 mil litros de agua mensuales. Ahora, multipliquen este dato por el número total de establecimientos gastronómicos a lo largo de todo el país. El consumo de agua será considerable, más aún cuando nos refuerzan que cada gota cuenta.
Lo anterior, sumado a aquellos que por espacio o recursos deberán simplemente lavar cada utensilio a mano, exacerbará la situación de escasez hídrica. Ante este escenario, se hace evidente la necesidad de modificar la Ley, considerando alternativas sustentables como el compostaje y la valorización para el consumo de alimentos.
Es crucial que las políticas ambientales de Chile aborden de manera integral todas las implicancias de su implementación, incluyendo el impacto en nuestros recursos hídricos, para garantizar una gestión ambiental equilibrada, eficaz y coherente con la realidad nacional.
Máximo Picallo
Presidente de Achiga