Señor Director:
Aparte de la lamentable cifra de vidas humanas perdidas hasta ahora, para muchas personas el Covid-19 ha expuesto un innumerable listado de hitos que nos invitan a una reflexión más profunda.
En primer lugar, el famoso efecto mariposa, un evento en cualquier punto del globo puede generar efectos incalculables sobre cada uno de nosotros. Así, somos corresponsables del bienestar de los demás, lo que implica que, sin estar unidos, estamos más cerca que nunca.
Una segunda lección es que la implementación tecnológica ya no es una aspiración, sino una realidad en muchos hogares. Pese a ello, hemos de destacar que aún hay personas que se encuentran excluidas de estas innovaciones, por lo que es imperativo responder a esta necesidad y sumarles, a la brevedad, para potenciar un desarrollo humano equitativo de nuestro país.
En cuanto a la nota gris, nos hemos percatado del aumento de la violencia contra la mujer. Tristemente vemos que día a día, noticieros y redes sociales nos muestran cobardes actos contra mujeres por el solo hecho de serlo, situación que nos invita a fortalecer la educación emocional para etapas tempranas en niños y niñas con el objetivo de reducir e, idealmente, erradicar este tipo de situaciones.
Las noticias falsas o fake news siguen causando estragos sobre las personas más impulsivas. Hemos entendido que cuando una noticia nos genera una emoción repentina e intensa, debemos tener cautela, porque puede tratarse de una noticia falsa, tal como ha sucedido con los medicamentos milagrosos.
Una quinta lección nos recuerda que el respeto a la norma es una clave fundamental para disminuir riesgos. Fueron muchos los habitantes, en distintos países, que inicialmente se admiraban, cantando victoria, del efecto del coronavirus bajo la ilusión de que a nosotros no nos va a pasar, terminando peor que sus vecinos. Desde aquí, hemos aprendido que no somos la excepción, y si lo creemos seremos parte del problema y no de la solución.
Una última lección es que, en mayor o menor medida, todos somos vulnerables, lo que nos lleva a la reflexión necesaria de que hay algunos más vulnerables que otros y por ellos hay que esforzarse día a día, con el objetivo de abrir oportunidades para que nuestra estructura social no cierre, sino que continúe abriendo espacios para quienes aún, pese a todo, quieren seguir soñando con un mundo mejor.
Dr. Luis Silva Burgos
Académico de Administración Pública USS