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Las historias de un clásico que revive en Copa Chile

“Cada vez que recuerdo esa final con Curicó Unido me emociono, porque fue un torneo largo, de mucho sacrificio, y lo terminamos siendo campeón”, reflexiona el otrora lateral de Ñublense, Renán Franco, cuando evoca la electrizante final de Tercera División de 2004, que dio vida a un clásico que revivirá esta tarde en el marco de la segunda fase de la Copa Chile.

A 15 años de esa definición infartante una tarde del 28 de diciembre en Linares, donde el Rojo superó por 2-0 a los curicanos, tras vencerlos en Chillán de manera agónica por 2-1 forzando el duelo extra, algunos protagonistas de esa hazaña rememoran detalles de dos partidos que quedaron marcados a fuego en el corazón de los ñublensinos y curicanos.

“Lo ganamos desde el hotel”

“Fue emocionante. En el primer partido, íbamos perdiendo, pero el gol del “Flaco” Herrera en los descuentos, que fue el 2-1, los mató a ellos anímicamente para el partido de vuelta. Estuvimos una hora encerrados en el camarín y entramos como leones esperando el partido. Todos con unas ganas de ganar. Lo otro es que casi todos estábamos en el límite de edad y sabíamos que ganando era la única oportunidad de seguir jugando en el fútbol profesional. Después de ganar el partido final de la liguilla por 2-1 en Chillán y forzar el partido extra en Linares, el profesor nos tuvo concentra-dos en un hotel y nos mostró videos de los familiares. Salimos campeones desde el hotel, no es que me agrande, pero con solo mirar las caras de todos mis compañeros me di cuenta que teníamos unas ganas de ganar ese partido. El grupo era bueno, no había mala onda, la base de esto fue eso. Siempre estuvimos unidos, a pesar que comenzamos mal la liguilla. Fue una bonita experiencia, la gente en Chillán estaba súper contenta y desde que salimos desde Linares, nos acompañó en caravana y la Plaza de Armas y la Gobernación de esa época estaba llena”, relata Franco, radicado en Chillán.

“Saqué el centro a ojos cerrados”

“Cuando entramos a la cancha en el partido en Chillán solo queríamos ganar. Co-menzamos perdiendo, pero mantuvimos la calma y yo empaté con un gol de penal. En los últimos minutos estábamos todos acalambrados, la gente se iba del estadio, hasta que en los descuentos, el portero Germán Irarrazábal saca con la mano para Olivares, Erick me habilita y yo desbordé y saqué el centro a ojos cerrados buscando un rebote. Recuerdo que el “Flaco” Herrera, que estaba acalambrado, se paró en el segundo palo, paró la pelota y marcó el gol que nos permitió ir a un partido extra a Linares. Eso fue una inyección anímica. Después quedamos concentrados, sin celulares, entrenamos a estadio lleno y en Linares ganamos con la gente apoyando. La vuelta de Linares fue emocionante, ver la plaza llena como nunca la he visto. Ojalá este domingo (hoy) Ñublense moje la camiseta como la mojamos nosotros”, reflexiona José Mardones, otrora lateral derecho que marcó el 1-1 parcial en el duelo que Ñublense ganó por 2-1, forzando un partido extra en Linares.

“Nunca olvidaré como llegamos a ese último partido de la liguilla con Curicó Unido, cuando nos daban por muertos. Pero Curicó se empezó a caer y llegamos a ese partido que ganamos en la agonía con gol del ‘Flaco’ Herrera que nos dio la vida. Desde ese gol, que fue emocionante, al día siguiente sabíamos que la final que juga-ríamos en Linares la íbamos a ganar. Sobre todo por el tema sicológico. Concentramos casi dos días en un hotel, estuvimos muy metidos en la final, sico-lógicamente estábamos arriba. A mí me inyectaron mucha neurobionta porque habíamos tenido casi 40 partidos en el año y el final era muy estresante. Cuando llegamos a Linares, el profesor nos prohibió salir a la cancha, solo calentamos y salimos a jugar el mejor partido en lo táctico del año. Después vino mi gol, el 1-0, y en el segundo tiempo, el segundo gol de la tranquilidad fue del “Pescado” Parada. Fue hermoso, después de todo el sufrimiento, porque en lo personal yo había sido desvinculado del plantel junto a Erick Olivares, pero después fuimos reintegrados, logramos lo que soñamos. Así nació un clásico, que hasta el día de hoy se vive y nunca ol-vido porque disfrutamos con 20 mil personas en la plaza de Chillán. Ojalá Ñublense logre ganar este domingo y la gente nunca olvide la alegría que le dimos”, evoca Marcos Plaza, autor de uno de los dos goles con los cuales Ñublense enterró a Curicó Unido el año 2004 en Linares.

Hoy se volverán a ver las caras a las 15.30 horas en Chillán, por el duelo de ida de la segunda fase de la Copa Chile. El clásico en ambos elencos se vive como tal.“Lo vamos a vivir como clásico y nos entregaremos por entero”, reflexiona el DT Jaime García, quien anoche, junto a sus jugadores, recibió el apoyo de sus hinchas en un “banderazo”.“Es un clásico, y lo jugaremos como tal”, avisa el “tortero”, Franco Bechthold

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