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Señor Director:
Las nuevas normas de emisión para maquinarias móviles, prontas a entrar en vigencia, representan un nuevo golpe a la producción agropecuaria nacional. Desde Santiago, cada día más nuestras autoridades continúan dificultando la producción de alimentos.
En comparación, los países competidores de la producción agrícola chilena, tanto en mercados nacionales como internacionales, cuentan con estados que promueven y facilitan la inversión. En Chile, en cambio, enfrentamos una burocracia obstruccionista, el aumento de impuestos, mayores costos de producción-incluida la energía eléctrica-, más restricciones a la producción y una pérdida creciente en la competitividad por motivos ajenos a lo estrictamente productivo.
Otro de los mayores problemas es la desmedida alza en las contribuciones, resultado de una errada determinación en el cálculo de los avalúos de los predios agrícolas. Además, la renovación de maquinaria será más costosa, y los agricultores y las industrias agropecuarias enfrentan impuestos más altos. La sobrerregulación en diversas áreas, la violencia y el terrorismo en sectores rurales, los constantes robos y hurtos sin respuesta efectiva de las autoridades, agravan la situación y generan decepción y angustia.
Las dificultades de mercado que enfrentan importantes rubros agrícolas son otro factor que afecta las expectativas. Aunque no todas estas son directamente atribuibles a las autoridades, es su responsabilidad actuar con premura y anticipación. Muchos de los problemas podrían resolverse con una actitud más diligente y comprometida.
A pesar de todo, los agricultores, por la naturaleza propia de su actividad, siguen siendo optimistas. Sin embargo, resulta cada vez más difícil mantener esta actitud ante tantas dificultades impuestas por la vía administrativa.
Es crucial que las autoridades reconsideren las nuevas normativas y busquen un equilibrio que permita la sostenibilidad y competitividad de la producción agropecuaria en Chile. Solo así podremos asegurar un futuro próspero para este sector vital de nuestra economía.
Carlos González Mufdi