Desde hace meses, los museos de la región han evidenciado los problemas provocados no solo por la pandemia del Covid-19. Antes de la emergencia sanitaria, los espacios se habían unido en la Red de Museos de Ñuble para trabajar en conjunto y subsanar las precarias condiciones en las que se encuentran muchas de las colecciones que poseen que son patrimonio regional. La pandemia llegó para evidenciar una serie de problemáticas que dicen relación a la falta de persona capacitado y la falta de recursos para enfrentar la conservación y climatización de las piezas y de los espacios.
Por esto, la Red de Museos ha estado trabajando y reuniéndose con autoridades, para dar agilidad a las acciones que se deben tomar por el bien del resguardo de cada una de las colecciones disponibles en la región. El presidente de la entidad, Fabián Irribarra, quien representa al Museo Antropológico del Itata, cuenta que la realidad de los espacios es parecida. “Algunos de los espacios municipales pueden estar un poco más resguardados porque cuentan con subvenciones, pero por la pandemia, muchos de esos recursos están en peligro. Y está la realidad de los museos privados, que no cuentan con un respaldo detrás”, admite.
“La Red de Museos ha tomado contacto con autoridades, como la seremi de las Culturas. A ella le planteamos que hay museos que hoy se están goteando y que esas colecciones nunca han tenido medidas de conservación y climatización. Necesitamos con urgencia instrumentos para medir temperaturas, cajas para guardar colecciones, entre otros. Ella nos dijo que existían fondos concursables, pero pensamos que no podemos estar peleando recursos a través de un fondo. No estamos en condiciones de hacer proyectos. Necesitamos una solución que no sea pan para hoy y hambre para mañana”, precisó.
Entre las colecciones que hoy corren más peligro destacan la muestra de sombreros y artículos militares de la Granja Doña Rita, ubicada camino a Pinto. Pero también está el Museo de Don Cheque en Cobquecura, que tiene piezas arqueológicas; el Ecomuseo de la misma comuna, que requiere con urgencia ayuda técnica para fichaje y clasificación de piezas; y la Casona de Lo Vilches. La mayoría cuenta también con documentos como actas históricas de clubes sociales, planos de obras de la ciudad a la que corresponden, libros y pinturas. En el caso del Museo del Itata, este centro cuenta con toda la documentación de Ñuble Región. El Museo de la Gráfica cuenta con grabados de premios nacionales, mientras que la Casa de Gonzalo Rojas guarda los grabados de Roberto Matta. A esto se suma la colección de pinturas de Tanagra, además de libros y otros documentos de interés.
“No queremos que termine ocurriendo lo que pasó con el Museo de Ránquil que debió cerrar sus puertas hace un tiempo y sus colecciones fueron a parar a museos de otras regiones”, precisa Fabián.
Y si bien el proyecto de Museo Regional está andando, los miembros temen que por carencias propias y el deterioro de las colecciones, todo termine en este espacio que sí contará con las condiciones de conservación matando los museos de Ñuble.
Por eso la apuesta de la Red de Museos es recurrir a los consejeros regionales. Para esto, están levantando un proyecto porque tampoco este año habrán recursos del FNDR, los que fueron derivados a actividades propias de la emergencia sanitaria. Así, el panorama sigue siendo oscuro.
”Nuestra idea es proponer que una universidad se haga cargo de esta tarea mediante unidades técnicas. Lo que queremos es evitar una fuga de objetos desde las comunidades hacia el museo regional por falta de medidas.
“Los museos cerrados se deterioran, además de la conservación, también está el tema de la seguridad. Nosotros estamos seguros que los museos de la región serán un factor de reactivación del turismo y queremos trabajar bajo ese factor”, precisa.
Luis Arias, encargado del Museo de la Gráfica de Chillán, agrega que no solo estas colecciones de arte están en peligro. “También tenemos muchos murales como el de Mario Carreño en la Achs, los que no debemos olvidar. También hay varios que necesitan algunas medidas de conservación”, agrega.
A las colecciones en peligro, Luis también agrega las piezas de pintura que mantiene la Sociedad de Empleados de Comercio de Chillán entre las que se encuentra una obra de Julio Escámez, la que se suma a la que mantiene Tanagra. “También contamos con la colección del Centro de Extension de la UBB en donde destaca Carlos Donaire y Hernando León. En el caso del Museo de la Gráfica, contamos con una inmensa colección de grabados de premios nacionales. Nosotros vamos varios días a la semana para ver en qué estado se encuentra todo desde que cerramos debido a la pandemia”, agregó.
Tanagra tiene casa
Una de las preocupaciones respecto a las entidades culturales era precisamente Tanagra, corporación que mantiene un vasto legado de varios pintores chilenos y extranjeros. Desde hace un tiempo, y sin un lugar determinado para almacenar las piezas, por fin la corporación tiene una casa a la que alcanzaron a cambiarse. Carmen Egaña cuenta que luego de años de ir y venir con las obras y los libros, todo quedó al resguardo en este nuevo espacio que se encuentra en el centro de la ciudad. “Fumigamos, hemos tomado todas las medidas de seguridad y estamos muy conformes con el trabajo. Ahora, nosotros nos capacitamos en la reparación de marcos y en limpieza de obras, de hecho habíamos hecho una limpieza en las pinturas de Pacheco Altamirano, y esperamos que pasada la emergencia sanitaria, podamos retomar esta misión con el resto de las pinturas que son parte del legado de Tanagra”, indicó.