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Este fin de semana, Chile vivirá unas elecciones regionales y municipales marcadas por varios hitos clave, incluido el retorno del voto obligatorio, lo que no ocurría desde hace 15 años en el caso de las elecciones municipales.
Es más, luego que la voluntariedad en el sufragio debutara en las elecciones de alcaldes y concejales de 2012 -con una notable baja en el nivel de participación, la obligatoriedad retornó recién en 2020, para el plebiscito Constitucional de entrada. Las primeras elecciones de convencionales constituyentes fueron con voto voluntario, y el resto de los procesos relativos a la carta magna se realizaron con voto obligatorio. Es decir, las elecciones de tipo pluripersonal más recientes de este tipo son las de consejeros constitucionales de 2023.
La medida, que busca aumentar la participación electoral tras varias elecciones con baja concurrencia, ha generado expectativas sobre el comportamiento del electorado, especialmente en las comunas más rezagadas en términos de votación voluntaria.
A esto se suman los resultados de las últimas elecciones de consejeros constitucionales, que en el caso de Ñuble, le dieron una amplia ventaja a la derecha, y especialmente, al Partido Republicano.
Es decir, los del fin de semana serán los primeros comicios en 15 años en que los candidatos comprobarán si realmente su mensaje caló en la ciudadanía, ya que antes solo les bastaba su votación de nicho para salir electos.
Candidatos independientes, una tendencia al alza
Uno de los fenómenos más destacables de estas elecciones es la gran cantidad de candidatos independientes, particularmente en las contiendas por las alcaldías.
En el caso de Ñuble, de los 94 candidatos(as), 40 son independientes, es decir, no van al alero de ningún pacto o partido, y debieron recolectar patrocinios para inscribirse. Esto da cuenta de un profundo desarraigo de la ciudadanía con los partidos políticos y la política tradicional, no obstante la experiencia más cercana de candidaturas independientes (elecciones de convencionales de 2021), no fue del todo positiva.
A esto se suma que en varias comunas de la región los electores se encontrarán con una oferta de entre seis y 10 candidatos a alcalde, lo que refleja la desafección de muchos políticos con los partidos tradicionales y el deseo de representar a sus comunidades sin ataduras partidarias. Esta multiplicidad de opciones, aunque valiosa para la democracia, podría fragmentar el voto y complicar el panorama electoral.
Es el caso, por ejemplo, de San Carlos, donde compiten diez candidatos(as), cinco de ellos independientes; Coihueco (compiten siete, tres de ellos independientes); Chillán Viejo (compiten seis, tres independientes); y Yungay (compiten seis, tres independientes).
Papeletas extra grandes
Otro aspecto que ha llamado la atención es el tamaño de las papeletas, especialmente para las elecciones de concejales y consejeros regionales.
Algunas listas son tan extensas que se ha advertido sobre el riesgo de confusión entre los votantes, lo que podría retrasar el proceso de votación. En algunos territorios, como la comuna de Chillán en concejales (85), o la Provincia de Diguillín, en consejeros regionales (71), las papeletas son significativamente más grandes de lo habitual, debido a la alta cantidad de candidatos y alianzas, lo que requiere que los votantes se tomen su tiempo para seleccionar correctamente a sus representantes. El llamado del Servel es a llegar a la cámara secreta con el voto revisado (los facsímiles están disponibles en servel.cl), para saber dónde marcar.
Votación en dos días: una medida controvertida
Ante el alto número de electores y candidatos, el Servicio Electoral (Servel) ha decidido dividir el proceso en dos días, una medida que busca evitar aglomeraciones y facilitar la participación de un electorado mayor. Sin embargo, esta decisión ha levantado ciertas preocupaciones. Algunos sectores temen que la votación extendida podría abrir espacio para fraudes o irregularidades en el manejo de los votos durante la noche, lo que ha generado una atmósfera de desconfianza en ciertos sectores políticos y de la ciudadanía.
Sin embargo, el Servel ha dispuesto un complejo operativo que incluye a las fuerzas de orden y seguridad y a los apoderados de las distintas candidaturas, por lo que es prácticamente imposible vulnerar la cadena de custodia.
Un desafío logístico y político
Las elecciones regionales y municipales de este año representan un verdadero reto logístico y político. Con la vuelta del voto obligatorio, el alto número de candidatos, las papeletas de gran tamaño y el temor a fraudes, el proceso electoral se presenta como una prueba clave para la institucionalidad democrática del país. Será fundamental que las autoridades tomen todas las medidas necesarias para garantizar la transparencia y el correcto desarrollo de estos comicios, en los que millones de chilenos elegirán a sus nuevas autoridades comunales y regionales.