La estrechez hídrica es algo que hoy están evidenciando los regantes de la cuenca del río Laja, aguas que también usa la Región de Ñuble, cuyo embalse homónimo presenta en la actualidad un 61% de déficit respecto a su volumen histórico, lo que reflota la necesidad de crear una junta de vigilancia para, precisamente, regular su uso en tiempo de escasez.
Ese esfuerzo se ha dilatado por diversas razones y complejidades, pero también, por falta de voluntad de algunos usuarios y de las autoridades políticas, sostienen desde Socabío.
Ya hace tiempo que el lago Laja muestra números rojos respecto a volúmenes y promedios históricos.
Conforme los antecedentes contenidos en el Boletín Hídrico reportado por la Dirección General de Aguas en el mes de noviembre del presente año, se destaca que el Lago Laja tiene un volumen almacenado de aguas de 1.351 millones de metros cúbicos (MMm3), lo que representa un llenado del 39% respecto a su promedio histórico (3.464 MMm³) y un 24,2% respecto a la capacidad total de almacenamiento (5.582 MMm³).
Ahora, respecto a la comparación con la misma fecha del año anterior, es decir, a 30 de noviembre del año 2019, la laguna presenta un déficit del 17,3%.
Y en la comparativa del volumen actual que presenta la laguna en relación a su volumen histórico, esta presenta un déficit del 61%.
“Tomando en cuenta que la pluviometría entre los años 2019 y 2020, la situación es compleja para la Región del Biobío”, reconoció el director (s) de Aguas de la Región del Biobío, Matías Mendoza.
Voluntad
“Ha faltado voluntad política y también de algunos usuarios, lo que ha impedido conformar la junta de vigilancia del río Laja, tal como existen en la mayoría de los ríos de Chile, herramienta esencial para regular su uso entre los distintos usuarios”, planteó el presidente de Socabío, José Miguel Stegmeier.
El dirigente explicó que se han visto disminuido los caudales de los canales de regadío, por eso, dijo, es necesario que la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) entienda que se debe entender el problema para poder repartir mejor el recurso agua.
“Esperamos que en 2021 sea el año definitivo en que nos sentemos a conversar entre los distintos usuarios en pos de la conformación de una junta de vigilancia. Los usuarios deben entender que se debe abordar un panorama complejo, de orden generalizado, marcado por la cada vez menor disponibilidad de agua. Es vital poder regular su uso, así que esperamos que la DOH así lo entienda”, sostuvo Stegmeier.
Otro de los protagonistas, el presidente de la Asociación de Canalistas del Laja, Héctor Sanhueza, también reconoció que ha sido un año deficitario en términos hidrológicos, lo que gatilla una mayor demanda de parte de los regantes, sobre todo en verano.
“Hasta ahora estamos operando con este convenio de operación suscrito en 2017, que encarga a la DOH regular el agua del Laja, pero se necesita una Junta de Vigilancia que nos permita crear planes maestros que den certeza a los distintos actores”.
Sanhueza hizo un llamado a aquellos usuarios con los cuales no se ha llegado a acuerdo, que no es posible pensar en ejercer la totalidad de los derechos en un panorama de estrechez hídrica como la actual.
Texto: J. Ochoa / Diario concepción