Señor Director:
Hoy, flexibilidad y trabajo híbrido son palabras tan comunes como decir “oficina”. Y ojo, que la revolución no parece detenerse: hace un par de días se promulgó la ley de las 40 horas, una legislación ampliamente esperada por los trabajadores -no por nada el 74,2% de las personas está de acuerdo con la iniciativa, según la última encuesta Pulso Ciudadano- y que, sin dudas, provocará cambios. Cabe detenernos y pensar cuáles son los desafíos que esto nos impone y, desde ya, encontrar puntos de acuerdo entre lo que esperamos los empleadores y lo que necesitan los trabajadores. Porque, más allá de todo análisis, la flexibilidad en el trabajo no es sólo una preferencia, sino que ya se convirtió en una necesidad. Ahora, está en nuestras manos asumir el desafío, con la finalidad de retener y atraer talento, o quedar obsoletos.
Víctor Parra