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La república en cadena

Señor Director:

La cadena nacional sobre el Presupuesto no fue rendición de cuentas, fue propaganda. En vez de explicar con precisión las prioridades del erario, el Presidente dedicó el mensaje a descalificar la propuesta de recorte de seis mil millones de dólares de un candidato. ¿Para esto usamos una cadena nacional?

La ciudadanía no vive de etiquetas ni de alusiones veladas. Vive de servicios que funcionan y de metas verificables. ¿Dónde están los cronogramas con plazos, los criterios de asignación, las auditorías públicas? Mientras tanto, siguen esperando quienes perdieron su casa, quienes no llegan a fin de mes y quienes temen la inseguridad en sus barrios. Si el lenguaje reemplaza a la gestión, la gestión se evapora.

La ética pública exige sobriedad: cadenas para informar, no para hacer campaña. Gobernar no es caricaturizar al adversario, es dar razones, mostrar costos y responder por resultados. Chile merece menos relato y más cuentas claras. Lo demás es ruido.

Kênio Estrela

Académico e Investigador Universidad Finis Terrae

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