Su imponente presencia pasó inadvertida para los vecinos de las poblaciones Balmaceda y Bartolucci, pero apenas subió una historia a su cuenta de Instagram, la mayoría lamentó no verlo en vivo y en directo cuando despuntaba el alba.
Sammis Reyes, el destacado deportista nacional, que se transformó en el primer chileno en firmar y jugar profesionalmente fútbol americano en los Estados Unidos, tuvo un fugaz paso por Chillán, pero dejó su huella al entrenar, la mañana de este miércoles, en las instalaciones del Parque Ultraestación.
[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]Sí, así no más. Fue el mismo “ala cerrada” de Washington Commanders, quien subió un video en el que mostraba, en perspectiva, el parque, aún con iluminación artificial y las máquinas de musculación, donde remató su rutina que culminó cerca de las 7.32 AM, horario en el que no había ni un alma en el recinto deportivo, donde tuvo como telón de fondo las ruinas de la Maestranza de Ferrocarriles de Chillán.
El espigado ex basquetbolista de 26 años, que cambió los dobles y triples por los tackles y touchdown ganando yardas, no se hizo problemas para cambiar las lujosas instalaciones de los gimnasios donde entrena, por las humildes y hasta oxidadas del parque donde a diario llegan niños y niñas a hacer deporte soñando con ser, quizá, un nuevo Sammis Reyes.
¿Por qué en Chillán?
Muchos se hacen esta pregunta. Bueno, Reyes tiene una desconocida raíz ñublensina. Su padre, Daniel Reyes, quien, incluso, viajó a Estados Unidos, para sellar su histórico contrato en la NFL, es chillanejo y su esposa de Talcahuano (profesora de educación física y basquetbolista), donde nació la gran promesa de la NFL. Su abuela materna, Noris Arenas, ligada al mundo artístico de Ñuble, también es hija de la tierra chillaneja y acostumbraba a recibir a su nieto en una casa del sector cordillerano de Los Lleuques.
De hecho, su fugaz paso por la capital regional se debe al viaje que hizo para traer de vuelta, precisamente, a su abuelita.
“No estoy autorizada a dar el número de él, pero salió temprano y ya luego se vuelve”, respondió la señora Nora, cuando La Discusión solicitó el número de contacto del ahora, casi blindado “rockstar” que es rostro de una bebida de nivel mundial y de otras marcas; y cuyo manager, Kenneth Padilla, tampoco accedió a responder ante la consulta sobre la opción de una nota con el latinoamericano que gana flashes y portadas en la tierra del “Tío Sam”.
“Sammis viajó a dejar a su abuelita a Chillán y ya nos volvemos, después del almuerzo, pues tiene una agenda muy cargada. Lamentamos no atender su solicitud, pero en el futuro, con un poco de más tiempo, no habría problema”, reforzó, amablemente, su padre, Daniel Reyes, un chillanejo orgulloso por la carrera que su hijo emprendió alejado de sus raíces.
Su historia
Sammis Reyes suma 12 años en Estados Unidos, aunque extraña jugar por Chile básquetbol o fútbol americano, aunque esta segunda opción es imposible, porque no puede defender a otro equipo que no sea Washington.
Nació en Talcahuano el 19 de octubre de 1995. Tiene 26 años, pero mide 1,96 metros y pesa casi 120 kilos.
Desde Concepción se trasladó a Santiago, participó en el Club Deportivo Boston College, pero a los 11 años ingresó a la Selección de Básquetbol de Chile. En 2010, en un viaje por Estados Unidos, fue detectado por reclutadores que le ofrecieron quedarse en Miami para seguir jugando.
Con tan solo 14 años se radicó en EEUU, donde pasó por varias escuelas de básquetbol probando suerte.
En 2012 entró a la Universidad Tulane para jugar en su equipo, en el que estuvo tan solo dos temporadas. Allí obtuvo su título de administración de empresas, que luego complementó con un posgrado en la misma área en la Universidad Loyola Nueva Orleans.
Giro histórico
Su gran cambio ocurrió en 2019, ya que luego de que Chile no clasificara al Mundial de Básquetbol abandonó esta disciplina. Tras cartón, empezó a trabajar como entrenador, pero la pandemia y las medidas de distanciamiento lo hicieron desistir. Motivado por sus amigos, sin experiencia y sin haber jugado más que una semana, empezó a practicar fútbol americano y se inscribió en la International Player Pathway Program. Un proyecto de la National Football League para conocer y reclutar jugadores extranjeros en sus filas… y quedó.
El resto de la historia es conocida.
Sammis Reyes se convirtió en el primer chileno en firmar y jugar profesionalmente el fútbol americano en Estados Unidos. Debutó el 2021 y es parte del Washington Football Team, ahora Washington Commanders, a cuyos compañeros les enseñó a preparar empanadas y a uno, hasta lo pescó a “combos” cuando quiso hacerlo sentir como el “nuevo del camarín”.
“Sueño con ganar el Súper Bowl, con hacer un touchdown, con ganar muchas yardas. Si uno no aspira a hacer cosas, nunca va a lograrlo. Es algo que siempre les digo a mis cercanos. Es trabajo, es tiempo, es reventarse la cabeza y la espalda entrenando”, confesó hace algunas semanas Sammis Reyes, el mismo que la mañana de este miércoles, dejando atrás la chapa de rockstar que le endosaron los medios, y fiel a la estricta rutina de un deportista top, entrenó en un humilde parque chillanejo cuando los vecinos recién abrían sus ojos.
[/bg_collapse]