Arrancaba el torneo de Primera A y Ñublense sorprendía al medio nacional y a su hinchada con un juego intenso y ofensivo.
El entusiasmo fue creciendo y tanto jugadores como el cuerpo técnico, se plantearon un objetivo ambicioso para un equipo recién ascendido: Meterse entre los siete primeros y optar a un cupo para la Copa Sudamericana.
Sin embargo, a nueve fechas del final del torneo, considerando la irregularidad del equipo, las dificultades que ha tenido para ganar o asegurar duelos que tenía ganados superando futbolísticamente a sus rivales y el crecimiento de otros planteles consolidados en la categoría, el objetivo cambió.
Así lo estableció el técnico Jaime García, tras la derrota con La Serena, poniéndola contra el piso y aterrizando la verdadera realidad de un club que con poco, un plantel corto, pero aguerrido, ha hecho mucho.
Equilibrar al club
“Nosotros nos hemos fijado metas, pero lo primero es tratar de estabilizarnos en la división y que no todos entienden. Cuando tú vas de una categoría hay que adaptarse y también los jugadores, pero siempre hemos tratado de da run buen espectáculo. Siempre internamente queremos muchos más, pero lo primero es estabilizarnos en la categoría. Que siga el club en Primera A, pero después veremos si se da para clasificar a una Copa Sudamericana, pero primero es la tranquilidad del club”, reflexionó García.
Y no se equivoca. En un torneo tan irregular Ñublense, a pesar de cosechar dos derrotas consecutivas de local y no ganar en casa hace tres jornadas, sigue en el noveno lugar con 29 puntos, a tres unidades del séptimo lugar que lo instala en Copa Sudamericana. Pero también está a seis de la liguilla de promoción para mantener la categoría.
Por eso es tan importante que el próximo lunes a las 20.30 horas en La Granja, no pierda frente a su clásico rival Curicó Unido.
Los “torteros” fueron durante largas fechas los subcolistas del campeonato, pero han experimentado un notable repunte y en la actualidad abandonaron la zona de promoción y marchan en el 12º lugar, a tan solo tres de Ñublense.
Para equilibrar la campaña el Rojo sabe que en Curicó no puede enredarse.