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“La postulación es un reconocimiento a todas las alfareras de Quinchamalí”

La Discusión

La figura de Mónica Venegas no es desconocida en la región, menos en la localidad de Quinchamalí en donde ella vive y trabaja. Es parte crucial de la Unión de Artesanos de Quinchamalí, desde donde ha liderado la lucha para que la actividad no cese, a pesar del tiempo, la falta de interés en las nuevas generaciones, la dificultad para conseguir la materia prima, el estallido social de octubre del año pasado y la pandemia, más recientemente.

Hace pocos días se dio a conocer que Mónica fue elegida para participar del certamen que podría reconocerla como Mujer Icono Sello de Origen, un concurso promovido por Inapi y que la mantiene en competencia junto a otras dos artesanas nacionales. Para apoyar su designación, la comunidad puede votar por ella en www.inapi.cl.

“Para mi fue una sorpresa haber sido destacada como postulante a nivel nacional con otras dos mujeres más, es un halago para nuestra comunidad. No solo vamos a representar a Quinchamalí, sino que a toda la región, al sector sur de Chile, como artesanía con denominación de origen”, dice al otro lado del teléfono desde su querida localidad.

Desde Santiago a la greda

La alfarera nació en Santiago y en su juventud estudió vestuario. Hace tres décadas llegó con su marido e hijos a la localidad y ahí conoció la técnica que la llevaría a recibir varias distinciones a lo largo de su trayectoria. Fue declarada Tesoro Humano Vivo en 2014, tiene dos Sellos de Excelencia a su haber, y ha representado a Chile en la Expo Milán y otras ferias tanto nacionales como de Perú, México y Marruecos, entre otras.

Hoy espera tranquila los resultados de esta nueva distinción, reafirmando su convicción en que los reconocimientos no son personales, sino comunitarios.

Mónica, en la práctica ¿Qué significa este nuevo reconocimiento?

Nosotros tenemos ya la denominación de origen desde el 2014 para Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca. Tenemos valores agregados que ponemos a la artesanía, y eso es tremendamente significativo. La gente puede ver los reconocimientos que nuestra alfarería tiene, puede ver la pasión, la intención, el amor que le ponemos a cada producto que se hace. Son piezas únicas hechas a mano que no se pueden repetir, aunque pueden existir dos muy parecidas, nunca serán iguales. Hay un detalle que siempre hace la diferencia. La denominación de origen habla de una alfarería que es nuestra, auténtica, que caracteriza a las mujeres de esta tierra, que respetamos las técnicas ancestrales. A nivel mundial ya se habla de Quinchamalí. En enero de este año estuvimos en Marruecos en donde compartimos con otras artesanas. En mi vida imaginé que podría haber estado ahí. Allá quedaron impresionados con el manejo de la técnica que usamos. Hay muchas alfareras en greda en Chile, pero seguimos siendo las únicas en esta técnica.

¿Cómo han vivido las alfareras de la zona este tiempo de pandemia?

La última actividad que tuvimos fue la Feria de la Greda de febrero luego venía la feria de Semana Santa en marzo, abril. No se pudo realizar porque ya estábamos en la pandemia. Si bien es cierto que cada una trabaja individualmente y trabajamos para estos eventos, fue difícil no hacer ferias. Cada una se programa en relación a ellas, que es nuestro trabajo porque es ahí en donde se vende. Ya veníamos afectadas desde el estallido social de octubre del año pasado porque se bajaron muchas otras ferias en las que tradicionalmente participábamos. La pandemia vino a empeorar el panorama para nuestras familias. Fue algo nuevo para nosotras y resintió mucho en el ánimo en las mujeres por la inseguridad de aportar a la economía del hogar. Estar en el aire fueron momentos de mucha desesperanza para nosotros.

¿Cómo han debido rearticular el trabajo para salir adelante?

A través de las redes sociales, buscamos ofrecer nuestros productos. Nos ayudaron desde Artesanías de Chile y pudimos vender a través de internet. Varias alfareras ayudadas por sus hijos entraron a redes sociales y a través de ellas pudieron hacer algunas ventas. Desde la seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio también recibimos ayuda. También pudimos vender a través de nuestro sitio web www.alfareriadequinchamali.cl, que funciona desde el año pasado.

¿Y cómo ven el futuro de la actividad?

El 14 de noviembre tendremos una feria virtual en donde vamos a mostrar todo el proceso que involucra hacer una pieza de Quinchamalí; lo importante es que si alguien compra en el momento, el envío será gratuito. Seremos 18 alfareras mostrando los productos y los pasos para poder llegar a una figura. Nosotras esperamos que este evento sea todo un éxito y que la gente pueda acompañarnos.

¿Algún mensaje para conseguir el apoyo del certamen de Inapi?

Como Quinchamalí pedimos todo el apoyo, no se va a premiar a una mujer, sino que el icono que representa a la alfarería de Quinchamalí, a través de mi persona. Es un motivo de felicidad y orgullo siempre reconocer esta hermosa alfarería que nos ha dado tantas satisfacciones. Esperamos que esta tradición continúe mucho tiempo más.

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