El portal de noticias BBC Mundo se preguntó por qué los casos en Chile siguen subiendo a pesar de la campaña de vacunación que tiene al país en el primer lugar a nivel mundial, lo que denominó “la paradoja de Chile”.
Efectivamente, se logró una velocidad de vacunación formidable, de hecho, el martes alcanzó un promedio de 1,08 dosis por cada 100 habitantes en los últimos siete días, superando a Israel, que se ubicaba en el primer lugar. Asimismo, ayer el número de personas que había recibido la primera dosis superaba los 4 millones y medio.
Sin embargo, los datos epidemiológicos no muestran una mejoría, al contrario, están empeorando. Chile enfrenta un repunte de casos similar al que se registró en junio y julio, en el peor momento de la pandemia, que también se refleja en las hospitalizaciones, con niveles de ocupación de camas críticas sobre el 95%, lo que habla de una saturación del sistema.
El aumento de casos ocurre en un momento en el que los contagios también repuntan a nivel global como resultado de la aparición de nuevas variantes de SARS-CoV-2 y la relajación de medidas, según alertó recientemente la OMS.
Para explicar las causas del nuevo aumento, los expertos plantean que son variadas y obedecen a motivos que van desde las políticas implementadas desde los inicios de la pandemia hasta el cansancio por las medidas un año después.
En ese sentido, algunos plantean que, a diferencia de otros países desarrollados, Chile nunca logró un control efectivo de la pandemia después de la primera ola, sino que más bien se estabilizó en un nivel alto de nuevos casos. Y que si bien el país desarrolló una capacidad “muy significativa” para realizar exámenes, no fue muy efectivo en localizar los contactos de las personas contagiadas, lo que hizo que el virus continuara circulando.
También confluye la fatiga de la población, sometida a restricciones de desplazamiento hace un año, lo que se traduce en una menor adherencia a las medidas con el paso del tiempo, particularmente en los trabajadores informales, quienes deben salir a trabajar pues no cuentan con un sistema de protección social. Pero también destacan el impacto que han tenido los permisos de vacaciones que se han entregado durante el verano, una flexibilización que significó que más de 5 millones de personas se desplazaran. Precisamente, desde fines de febrero el país comenzó a rondar otra vez los 5 mil nuevos casos por día.
En las últimas semanas, además, se flexibilizó el plan Paso a Paso para permitir la apertura limitada de algunos recintos, se acortó en una hora el toque de queda y el Ministerio de Educación forzó el inicio de las clases presenciales.
Por ello, no debieran sorprender las medidas anunciadas ayer por la autoridad, que endureció el plan Paso a Paso para las comunas en Fase 2, al establecer el cierre de casinos de juegos y gimnasios; y adelantó el toque de queda a las 22 horas, indicando que el comercio y los restaurantes no deben cerrar después de las 20 horas.
Es la paradoja de un país desigual, de fiestas clandestinas, de permisos falsos, de playas y tiendas llenas, de cuarentenas con tacos en las calles y de millones de trabajadores informales que si no salen a trabajar, simplemente no comen.