Señor Director:
En Ucrania, la utilización de las redes sociales en el manejo de la información, desinformación e infoxicación, ha implicado una especie de relato alterno dentro del propio conflicto que será imperioso dilucidar e interpretar.
Un relato cargado de fake news, trolls y bots utilizados como guerrillas digitales para propiciar los intereses políticos, nacionalistas y económicos de los países. A lo cual se suma el teléfono inteligente, erguido como un soldado más que con su ojo conectado al mundo nos exhibe todas las versiones de una guerra todavía confusa.
Como corolario, más allá de Putin o Zelensky, se van levantando voces como las de Elon Musk, alineando sus satélites Starlink para proveer internet a la zona en disputa, hasta los bailes del ucraniano Alex Hook, quien comparte sus pasos en Tik Tok para demostrar a su hija que sigue vivo.
La guerra es ominosa, pues hace brotar los peores demonios. O se huye para salvar la vida o se toma lo que esté a mano para enfrentar al enemigo. En el intermedio, subirá el petroleo, el dólar y el trigo, las bolsas se desplomarán, los medios competirán por el mejor despacho y las redes sociales se refocilarán en su propia guerra.
Maciel Campos Líder
Académico Facultad de Comunicaciones y Artes UDLA